Semana

Las variables relaciones humanas

Las variables relaciones  humanas

Cuando quiere significar que una persona manifiesta cambios de humor en su trato, el dominicano tiende a calificarla de venática.
Todos hemos pasado por el mal momento de que al saludar a un amigo o amiga con quien coincidimos en algún lugar, recibamos una respuesta fría.

Esta puede consistir en un estiramiento de los labios cerrados, que denominamos “bembito”, un agrandamiento de los ojos, o una total ausencia de reacción.

En esos casos, y cuando relata el incidente, el afectado suele decir que fulano o fulana le hizo un hielo.

Si el saludo consistió en levantar las manos, y se hizo desde cierta distancia con la presencia de testigos, se puede apelar de inmediato al recurso de alisarse los cabellos para disminuir o evitar la vergüenza.

Lo injustificable de algunos de estos hielos es que se producen sin que haya mediado entre las dos personas ningún incidente o confrontación, y se debió a que el negador del saludo estaba del mal humor.

Muchas veces, si el afectado le pedía en otra ocasión una explicación al autor de la descortesía, la respuesta de este podía consistir en acusarlo de chismoso, o de crear situaciones imaginarias.
En su obra Trujillo, causas de una tiranía sin ejemplo, el profesor Juan Bosch expresa que el chisme es una de las principales aficiones del dominicano.

Y afirma que relaciones familiares y viejas amistades se rompen por la invención chismosa de una persona malsana.

Es harto sabido que personas que ascienden en la escala económica y social, o son designados en un cargo público importante, se alejan y hasta les niegan el saludo a amigos y relacionados de su etapa de limitación de recursos.

Conozco uno de estos personajes, que le manifestó a un amigo común que no le interesaba relacionarse con personas que fueron testigos de sus años de pobreza.

Una expresión criolla que alude al engreimiento de aquellos que son nombrados en posiciones públicas de poder, dice que si quieres conocer quién es Mundito, dale un mandito.

Y para ser aún más explícitos, añaden que a muchos funcionarios, mientras ostentan el cargo, se les endurece el cocote, lo que les dificulta voltearse para responder el saludo de los conocidos humildes.

El Nacional

La Voz de Todos