Opinión

Leonardo Conde

Leonardo Conde

Decia Honorato de Balzac, citado con frecuencia por un difunto amigo, que cada vez que publicaba un libro, se aseguraba de pagar las críticas negativas, porque sabía que desatarían el morbo, o interés, en la obra y esta no pasaría desapercibida.

Es lo que acaba de suceder con el libro Historia de la nación dominicana, de uno de los hombres más calificados profesionalmente, y más modesto, raro espécimen de la sociedad dominicana: Leonardo Conde.
Economista de profesión, tras haber laborado en el Banco Central y el Fondo Monetario Internacional, fue asesor económico del Senado entre 1982-86, y desde 2007 hasta la fecha funge como decano de la UNPHU.

A Leonardo le animó publicar un libro de Historia Dominicana: ”La inquietud inicial de escribir una obra acerca del desarrollo de la economía dominicana desde principios del siglo XX. La idea fue transformándose en la medida en que comprendí, durante el transcurso de mi enseñanza sobre problemas económicos dominicanos en INTEC, que a mis estudiantes les hacía falta conocer mejor la historia de su propio país relatada de un modo objetivo y sucinto, y que un libro de historia así concebido tendría mayor repercusión que una que se limitara a la problemática económica”.

Imagino que es la afirmación de Leonardo de que “la nación dominicana, aunque adopto formas republicanas nunca fue en realidad una república, porque su historia ha estado condicionada por dos fuerzas fundamentales: su atraso socioeconómico con relación a Estados Unidos y las tres grandes potencias europeas que se inmiscuían en los asuntos del Caribe: España, Francia e Inglaterra”; lo que ha provocado que felizmente a su libro le dediquen varias entregas en un diario local, lo cual ha disparado las ventas.

Cuando habla de Juan Pablo Duarte, (afirmación mía) Leonardo parece describirse a sí mismo cuando dice: “Duarte fue un ser humano excepcional…Con su negativa a participar en las pugnas internas que encontraba tan ajenas al verdadero interés de la Patria, devino en una figura mucho más importante para la historia de la nación que todos aquellos caudillos que nunca tuvieron el más mínimo prurito en sacrificar el interés nacional para alcanzar y mantenerse en el poder”.

Y es esa calificación de Duarte, en la que coinciden Juan Isidro Jimenes Grullon, quien lo define como el único padre de la Patria, así como la negativa de Duarte a que lo hicieran presidente sin un referendo popular, lo que hay que conmemorar no sus prácticas sexuales, que de seguro las tuvo, como cualquier ser humano y son su sagrado derecho.

La puesta del libro de Leonardo fue una fiesta, con Martha Despradel como artífice y multitud de amigos.

El Nacional

La Voz de Todos