El Nacional
SAN FRANCISCO DE MACORIS.- Fue liberada anoche en Santiago una niña de dos años y cuatro meses, secuestrada el miércoles por la tarde mientras salía de un colegio de esta ciudad.
Johanna Monegro Rosso fue dejada en el restaurante McDonald de la avenida Estrella Sadhalá esquina 27 de Febrero por una mujer de unos 25 años que vestía pantalón y chaqueta jeans, según la descripción ofrecida por una empleada del establecimiento.
De acuerdo a sus declaraciones, la mujer llegó pasadas las 10:00 de la noche y penetró al área de juego donde dejó la infante y cuando notaron que nadie iba a buscarla llamaron a la Policía que tras comprobar que se trataba de la menor secuestrada la trasladaron a esta ciudad donde fue llevada al Centro Materno Infantil del Nordeste de la calle Salcedo esquina Padre Brea del sector El Capacito donde la examinaron y posteriormente entregaron a sus padres.
Trascendió que los captores de la menor se comunicaron en las primeras horas de la tarde con la madre de la infante, Wilmary Madelin Rosso, con quien acordaron el pago de medio millón de pesos en La Vega, pero allí le dieron varias direcciones para depositar el dinero de rescate.
Sin embargo el padre de la niña, Johnny Monegro, dijo que no pagaron rescate, al igual que el coronel Ceballos de la unidad anti secuestro quien aseguró que la liberación de la niña se produjo producto del cerco y la presión de la Policía sobre los autores del hecho.
El plagio de la niña se produjo pasado el mediodía del miércoles cuando una mujer de entre 25 y 27 años de edad se presentó al colegio donde estudia alegando que es prima de la madre de la menor, y que ella la envió a buscar.
A las 3:00 de la tarde del miércoles los autores del secuestro llamaron al teléfono 588-0855 que corresponde a una vecina de la madre de la menor, exigiendo medio millón de pesos a cambio de la liberación de la infante.
Una mujer detenida para ser investigada en torno al secuestro fue puesta en libertad ayer tras presentarla en una rueda de detenidos.
Los investigadores tienen la presunción de que los autores del hecho residen en el área o conocen la familia ya que utilizaron el teléfono de la vecina de la madre de la menor para su primera llamada y posteriormente lo hicieron a la casa de los parientes de Johann.
