Opinión

Libros y lecturas

Libros y lecturas

El autor Mariano Hernández

 

Mariano Hernández es un noble gestor visual de la identidad nacional dominicana. Luz, color, alegría y cantos comunes compartidos, todo como muestra festiva del carnaval, tienen una convocatoria de consagración desde su cámara hasta el público, al cual llega por exposiciones, documentales y en su expresión editorial, como libros que ahora hay que atesorar como joyas. Con sus imágenes del carnaval y el teatro, ha trazado un perfil del ser nacional que produce admiración, orgullo y la convocatoria a la reflexión sobre el valor de lo criollo, que saca del entramado local, para darle una validez internacional.

Su estilo trasciende la técnica fotográfica y llega más allá de lo visual, de lo figurativo. Tiene un intrincado estilo que se apoya en la habilidad compositiva, el dominio técnico de su lente y el juego contrapuesto con la luz natural y los fondos desenfocados para conducir la mirada a un punto referente.

Es uno de los tres mejores fotógrafos de la dominicanidad, particularmente en torno a la expresión más festiva y multicolor, que es el carnaval y la unidad que ha logrado con su cámara lo expresa como un solo ser perceptivo que sabe sacar partido de la técnica, captando ese instante inesperado, irrepetible para darle trascendencia permanente a una fiesta anual de colores, vestuarios y denuncia social permitida.

Mariano Hernández nació en Puerto Plata y desde que era jovencito, en su residencia de la calle 12 de Julio, tenía en su personalidad el sello distintivo de un incipiente creador. Sus gustos y actitudes no eran los del muchachito promedio que procuraba para si mismo toda la diversión, todos los gustos y todo el verse complacido en preferencias y caprichos de niñez y adolescencia. No. Se le sentía distinto.

Algo había en aquel muchacho que proyectaba al mismo tiempo, búsqueda de trascendencia y humildad, a pesar de que su familia era una de las más pudientes del sector. Lo que prometía como trascendencia, se hizo realidad porque desde que descubrió el arte de la fotografía como forma de expresión, luego de comprar una cámara Nikkon para tomar imágenes de su hija, Mariano se hizo consciente de que su forma de expresión como artista, era la fotografía.

Desde aquella época en que se estrenaba como padre, hasta hoy, Mariano se ha construido un complejo estilo en que une su manejo del color, su dominio técnico y la facilidad con que involucra a quien ve sus imágenes más allá de lo estrictamente visual. Desde su primer carnaval nacional de 1983, no ha dejado de concurrir a ninguno de ellos, ha viajado a los diferentes carnavales del país, grandes y pequeños, patrocinados por grandes firmas corporativas y los que son manifestación genuina local y no patrocinada por nadie, del espíritu del carnaval auténtico y enraizado en los pueblos menos destacados.

La obra artística de Mariano Hernández se ha plasmado primero en Carnaval Popular Dominicano, contentivo de sus sorprendentes e impactantes imágenes y el ensayo de Dagoberto Tejeda quien enmarca intelectualmente el fenómeno social descrito, en uno de los mejores libros que ha editado el Banco Popular Dominicano.