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Libros y lecturas

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Daisy Cocco de Filippis

Lo que ha hecho Daisy Cocco de Filippis por la cultura dominicana, y en especial por la literatura y la educación, no tiene una forma práctica de ser reconocida, pese a lo cual el homenaje de que ha sido objeto la pasada semana, por parte de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, institución que la invistió con el grado de “honoris causa”.

Cocco de Filippis es una mujer dominicana extraordinaria, la única que es rectora de un College Universitario en Estados Unidos, (Naugatuck Valley Community College) una gestora de la literatura nacional y en particular de las mujeres, a las que ha destacado mediante antologías, ensayos y monografías.

Las autoridades universitarias, encabezadas por su rector, doctor Iván Grullón y los vice-rectores, la invistieron en un acto en reconocimiento que debe servir de estímulo tanto a ella como a quienes su obra ha tocado.
Al acto asistieron su esposo Nunzio, sus hijos James Louis, Nunzio Andrew y Joseph Nicholas, y su amiga y colega Chiqui Vicioso-
¿Por qué se reconoce de esta forma a Daisy Cocco, que ahora resulta comentada en esta columna dedicada a publicar comentarios y crónicas sobre literatura y sobre quienes la producen?.

Simple: Daisy Cocco ha desarrollado una labor literaria y educativa digna de ser tomada como referencia.
Con una clarísima óptica de género, la doctora Cocco de Filippis, se ha destacado – con el respaldo de su amiga la escritora Chiqui Vicioso- a destacar la literatura dominicana, en general, y de las mujeres dominicanas, en lo particular.

Su selección poética “Sin otro profeta que do canto”, antología de poesía escrita por mujeres dominicanas, impresa en Biblioteca Taller en 1988, creó una obra de referencia obligada y expuso el valor poético de la creatividad de las mujeres, en un enfoque que pocas obras se habían atrevido a plantear.

La profesora Cocco de Filippis ha sido una intelectual sólidamente comprometida con la literatura dominicana en lo particular y latinoamericana en general.

Gracias a su labor, hoy existe una conciencia del potencial poético de las mujeres, esas que unidas por un lazo de hermandad entre iguales han mostrado su empuje y creatividad como poetas de firme pulso para escribir las cuitas del alma, la figura precisa y la militancia correcta en las causas que, pendientes de reafirmación, tiene la sociedad.

El acto de justicia de Daisy Cocco de Filippis, debe ser aplaudido y reconocido como un acto no solo de justicia, sino de identificación con una dominicana ejemplo para las presentes y futuras generaciones, por su trabajo como profesional de la educación y como gestora literaria.

En sus obras ha mantenido el interés por rescatar las producciones escriturales de mujeres olvidadas de su país.