Opinión

Líderes y estrategas

Líderes y estrategas

Danilo Medina, que ya solo le falta reformar la Constitución para optar por otro período presidencial, no intentó reelegir a los desacreditados miembros del Tribunal Superior Electoral, aunque deseo no faltó, por dos razones muy evidentes, como son la fuerza mostrada por la Marcha Verde y el mínimo contrapeso de los dos representantes del PRM en el Consejo Nacional de la Magistratura.

La prudencia le aconsejó apelar a un plan B. Y ese plan consistió en la designación de cinco “jueces” con afinidad al oficialismo. Sin embargo, esa vinculación al PLD no los descalifica necesariamente para realizar una labor conforme a la ley. El problema está en que el mecanismo de selección genera deuda de gratitud y adicionalmente el gobierno les designa a parientes en puestos diplomáticos o inclusión en nóminas públicas con sueldos exorbitantes.

Al aceptar privilegios que les transforman social y económicamente no pueden actuar de forma independiente. Y aquellos profesionales de trayectoria ética, capaces de resistir esas tentaciones, todos fueron descartados por la aplastante mayoría peledeísta del CNM, declinando a exponerse a verdaderos árbitros en un certamen electoral.

Leonel Fernández y ahora Danilo Medina han sabido servirse “con la cuchara grande” en momentos de ausencia de líderes políticos naturales. El único que reúne atributos de líder, sobre todo por su carisma, es Hipólito Mejía, pero muy mal recordado por encubrir irregularidades de funcionarios durante su mandato 2000-2004 y ahora descalificado para aglutinar a la oposición por sus vínculos con Danilo Medina.

La oposición no tiene un solo líder, pero por lo menos debería de tener personas que den lecturas adecuadas a las circunstancias políticas y en función de ellas diseñar estrategias para responder a la dictadura que impera en el país, ante la ausencia de instituciones independientes.

En el PRM simplemente se lucha por la candidatura presidencial, como si ese fuese el problema en un país que carece de instituciones y de órganos electorales imparciales. Y si lo poco que se ha logrado, particularmente en la JCE y en el TSE, ha sido con lucha, pues que se multipliquen las luchas hasta crear crisis que obliguen al gobierno a sentarse a negociar las secuestradas instituciones. Es la única salida que observo desde hace muchos años.

El Nacional

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