Opinión

¡Llegó papá!

¡Llegó papá!

Lo grita la gente: “¡Llegó Papá!”  Refiriéndose a Hipólito Mejía, que decidió buscar nuevamente la Presidencia  en el 2012. No se lo impide la Constitución ni los estatutos del PRD.

No es una decisión espontánea ni arbitraria; es fruto del análisis de la situación política, económica y social del país. Hipólito cree que merece volver al poder para enfrentar los males  y de paso restaurar su buen nombre frente a quienes se vieron afectados por la quiebra bancaria fraudulenta y  los actos de terror que derribaron las torres gemelas en Nueva York.

 Sin la quiebra bancaria y sin los fenómenos internacionales que le costaron al país miles de millones de dólares, Hipólito se habría reelegido. Contra el gobierno de Hipólito conspiraron funcionarios y dirigentes del PRD; conspiró un sector empresarial, y  la crisis económica que disparó la cotización del dólar y el costo de la vida. La quiebra bancaria representó cerca del 20% del PIB de la Nación. Sólo un hombre como Hipólito, de su valentía, pudo aguantar ese tsunami político y económico. Más de medio millón de dominicanos fueron empobrecidos por la crisis.

Las guerras de Estados Unidos contra el terrorismo también tuvieron un costo, pues las remesas se redujeron y el turismo   entró en crisis. Hipólito se vio abrumado por males que no creó, sino que  enfrentó con arrojo. Sometió  a los banqueros. Pudo actuar irresponsablemente,  pero no lo hizo.

El país estaba primero. Salvó el sistema financiero, aunque perdió la presidencia. Y salió mal. En su contra se armó una campaña para asesinarlo políticamente. Esa campaña fue orquestada por el PLD y por amigos, compadres y funcionarios de su gobierno que aspiraban al cargo de presidente. Pero lo pasado, pasado. La verdad flota como el corcho. Los hechos hoy le dan la razón a Hipólito. Ahora puede intentar volver para continuar su obra de gobierno en todo el territorio nacional. El Hipólito de hoy no es el Hipólito de ayer. El Diablo sabe más por viejo que por diablo. .

El gobierno de Hipólito, pese a los errores, pese a la quiebra bancaria y pese a la lucha contra el terrorismo, no fue malo. Porque Hipólito Mejía no es un hombre malo, es un hombre bueno, afable, cariñoso y sensible ante los problemas nacionales. Su Proyecto República Dominicana (PRD) está integrado por miles de hombres y mujeres que lo acompañan gritando: “¡Volvió papá”! Esa gente, y los que se sumarán en el camino, lo llevarán nuevamente a la presidencia de la República!

El Nacional

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