Opinión

Lo que se acordó en la ONU

Lo que se acordó en la ONU

En la agenda  analizada en la reciente  Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, realizada en la ciudad de New York, el tema 117 fue el relacionado a la “prevención y control” de las enfermedades crónicas no-transmisibles de donde surgió la “declaración política” cuyos primeros párrafos resaltan lo siguiente(sic):

Nosotros, los Jefes de Estado y de Gobierno y representantes de los Estados y gobiernos, reunidos en las Naciones Unidas los días 19 y 20 septiembre 2011 para examinar la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles en todo el mundo, centrándonos particularmente en los problemas de desarrollo y de otra índole que plantean y en sus repercusiones sociales y económicas, especialmente para los países en desarrollo,

1.-  Reconocemos que la carga y la amenaza mundial de las enfermedades no transmisibles constituyen unos de los principales obstáculos para el desarrollo en el siglo XXI, que socavan el desarrollo social y económico en todo el mundo y ponen en peligro la consecución de los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente;

2. Reconocemos que las enfermedades no transmisibles son una amenaza para las economías de muchos Estados Miembros, y que pueden aumentar las desigualdades entre países y poblaciones.

3. Reconocemos que recae en los gobiernos el papel y la responsabilidad primordiales de responder al reto que plantean las enfermedades no transmisibles, y que la participación y el compromiso de todos los sectores de la sociedad son esenciales para generar respuestas eficaces que fomenten la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles.

A este grupo de enfermedades crónicas no transmisibles pertenecen las enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y enfermedades respiratorias, que producen, según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 64% de las muertes en el mundo, el 15% de las mismas en personas menores de 60 años. El 80% de esas muertes ocurren en los países en vías de desarrollo como el nuestro.

Promover cambios en el estilo de vida – donde la dieta juega un papel fundamental como también los ejercicios, reducir el alcohol y eliminar el tabaco- es la forma más razonable y  económica de reducir estas llamativas estadísticas. Por tanto, establecer y elaborar normas nutricionales para los dominicanos, ejecutar estrategias por los ministerios responsables para ensamblar un “plan de alimentación, ejercicios y salud”, será el reto de los años por venir.

Por todo lo anterior, es motivo de justificada preocupación la información de primera página de El Nacional en su edición del 4 de octubre frente a las dificultades y carestía de los vegetales que consumimos en el país, toda vez que las recomendaciones internacionales sugieren ingerir  entre 4 y 5 raciones diarias de frutas y vegetales, para mantener una alimentación saludable y preventiva de las enfermedades crónicas no transmisibles. ¡Cuidado con “subestimar” las  recomendaciones  aprobadas en la ONU!

El Nacional

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