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LÓPEZ RODRíGUEZ

LÓPEZ RODRíGUEZ

Podría ser el tercer sacerdote presidente en RD
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En sendas recientes ponencias en Hoy, he sugerido la alta conveniencia nacional de promover la candidatura a la presidencia de la República a nuestro admirado, querido, respetado e impoluto Nicolás de Jesús López Rodríguez, nuestro primer amado Cardenal, por la reiterada actitud responsable demostrada durante su trayecto religioso iniciado el 18 de marzo de 1961 en La Vega, ordenado por el recordado monseñor Francisco Panal Ramírez.
Admirado, querido, respetado, amado e impoluto, son preseas espirituales inexistentes, todas juntas, en político alguno dominicano, con las raras excepciones recientes de los presidentes Juan Bosch y Antonio Guzmán, y que se arraciman en Nicolás de Jesús López Rodríguez.
El país recuerda que ese año, 1961, fue in extremis tenso, peligroso, semoviente como un pantanal, porque tres meses antes de la investidura sacerdotal de López Rodríguez, justo el 21 de enero, el Episcopado Dominicano publicó su histórica pastoral, denunciando los excesos de la tiranía del generalísimo Rafael Leónidas Trujillo con los conspiradores del 14 de junio que lideró Manuel Aurelio Tavárez Justo, que recogieron el mensaje de los expedicionarios del 14 y 19 de junio de 1959 que la ciudadanía agradecida conoce como la raza inmortal.
Monseñor Panal aprovechó una visita del generalísimo Trujillo a La Vega y al templo donde oficiaba, expresando el disgusto y temor de la ciudadanía por los crímenes y represiones de su tiranía, conminándolo arrodillarse ante Dios, cuando alzaba el cáliz, todo lo que irritó visiblemente al dictador.
Nicolás de Jesús presenció toda aquella batalla sin tiros, con los altos decibeles de las denuncias de su Iglesia, que eran similares a torpedos en la torre de mando de un navío, y en ese escenario empezó a forjar, en la fragua de la confrontación, su carácter rectilíneo y recio, y su cosmos para con su prójimo, su feligresía y su sociedad.
Nuestro estelar personaje y promesa redentorista política de sus paisanos, nació en la sección Barranca, provincia La Vega, el 31de octubre de 1936, y cursó estudios para formarse religioso en la Universidad Santo Tomás de Aquino, de Ciudad Trujillo, que era como se denominaba la capital dominicana, y en las universidades Santo Tomás de Aquino y Gregoriana de Roma, ordenado Cardenal el 28 de junio de 1991.
Renunció a la más alta investidura eclesiástica, solo superada por el papado, el 24 de junio de 2016, luego de 55 años de investidura y 25 años de purpurado, conforme es regla en la curia.
En su periplo de un cuarto de siglo conduciendo la Iglesia Católica Dominicana, demostró un pertinaz cortejo firme, por decir las cosas por su nombre, como son, sin acotejos ni adobos edulcorados, al pan, pan, y al vino, vino, que de eso se trata al consagrar el memorial del sacrificio del Nazareno en la liturgia misal.

El Nacional

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