En junio del año 2009, menos de cinco meses después de tomar posesión como presidente de Estados Unidos, Barack Obama calificó a Hosni Mubarak como un importante aliado, con décadas de experiencia y un factor de estabilidad en la región.
De democracia y dictadura, nada dijo. Premió el haber mantenido a disposición de Estados Unidos el territorio de Egipto y la buena relación con Israel. Premió el servilismo y el crimen…
El 5 de febrero, con encendidas protestas en las calles de El Cairo, el ultraderechista ex vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, declaró que Hosni Mubarak es un buen hombre y un gran amigo de Estados Unidos. Y dijo que en 1991, durante la guerra del Golfo Pérsico, permitió (no dijo la palabra sumisión) la presencia de aviones yanquis y se comprometió a apoyar las operaciones del Pentágono en Kuwait.
Halcón, vicepresidente y estratega del gobierno de George W. Bush, Dick Cheney habló en la conmemoración del centenario del nacimiento del troglodita Ronald Reagan. Sobre su relación con Obama, Cheney dijo que lo irritó originalmente la posibilidad de que fuera procesado el personal de inteligencia implicado en interrogaciones antiterroristas, pero que eso no se produjo.
Como Cheney tiene que hacer el papel de opositor, dijo en torno irónico: “Noto que Guantánamo aún está abierto”
Cheney esconde las garras para premiar el apoyo a la impunidad de la ultraderecha (que tantas tropelías ha cometido y sigue cometiendo) y la continuidad del proceso de afianzamiento de la hegemonía de Estados Unidos en el orden imperialista.
Y ensaya también la caricia del ave de rapiña para decir que a Mubarak no le importó comprometerse en su región y en su país y actuó con asesoramiento de Estados Unidos.
Con Mubarak, Obama ha intercambiado elogios y compartió hace ocho días los piropos de Cheney… y hay que repetir que antiene abierta la infame cárcel de Guantánamo y anda de la mano con la ultraderecha… Crónica de la estafa política.
