Opinión

Los crímenes policiales

Los crímenes policiales

Decidí no escribir una sola palabra sobre el tema haitiano, porque el PLD ha demostrado que por conveniencia política lo mantiene sobre el tapete, cuando lo que tiene que hacer —porque está en el gobierno, no en la oposición— es aplicar la Constitución y las leyes en asuntos migratorios, respetando derechos humanos universales y la dignidad de las personas y punto.

Ningún dominicano debería dejarse manipular y desviar su atención respecto a la rampante corrupción pública, la falta de instituciones democráticas, los problemas de salud, educación, agua potable, pobreza, desempleo, inflación y falta de seguridad social, así como el enorme crecimiento del narcotráfico y la criminalidad en los gobiernos de esta corporación denominada PLD.

Del año 2004 a la fecha, el PLD ha multiplicado por cinco la deuda externa. Y manteniendo casi los mismos salarios ha sabido después de cada proceso eleccionario, de carácter nacional o de medio término, meternos múltiples reformas tributarias. Ha manejado más dinero que todos los gobiernos que de forma conjunta les antecedieron en la administración de las cosas públicas.

Pero el PLD no ha dado solución a un solo problema de los tantos que afectan a la sociedad. ¡Qué me señalen uno! Siempre hablan de las sobrevaluadas obras físicas construidas, que no han sido más que una fuente de enriquecimiento ilícito de los todopoderosos funcionarios que hoy exhiben fortunas superiores a las de las familias más tradicionales.

Mientras tanto la población se mantiene alarmada por la criminalidad y las constantes mentiras de la Policía Nacional, la cual mató esta semana a un joven que supuestamente había robado una computadora portátil al periodista Marino Zapete, “al destruir con explosivos” la seguridad de una puerta de la residencia del comunicador.

¿Un ladrón de computadora usando explosivos? ¿Y por qué se le mata, cuando lo que procedía era apresarlo y escuchar su versión? Todo indica que, precisamente, se evitó su versión al eliminarlo físicamente. Lo bonito del caso es que estamos en un país donde se ejecuta a un infeliz por el robo de un salami o una computadora, al tiempo que la justicia (¡maldita justicia!) declara inadmisibles expedientes acusatorios contra miembros del PLD que han cometido grandes desfalcos estatales. Y el presidente Medina guarda silencio.

El Nacional

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