El próximo 16 se cumplirán dos años del Gobierno Constitucional que preside el ciudadano Presidente Danilo Medina. En el tiempo transcurrido es mucho lo que hay que decir, porque el Jefe del Estado ha ido cumpliendo, poco a poco, con los principales puntos de su Programa de Gobierno, como son el fortalecimiento de la educación, la defensa de nuestros recursos naturales, los contactos directos con el pueblo —especialmente los pequeños productores— pero además la necesaria transparencia en el manejo de los asuntos públicos.
Sabemos que en cada uno de esos puntos hay muchas fallas, que deberán ser corregidas en su momento; es decir, más temprano que tarde, para bien del Gobierno y de los propios ciudadanos.
En estos dos años, la gestión del Presidente Medina se ha caracterizado, además, por mantener fortalecidas nuestras relaciones diplomáticas, para lograr con respeto mutuo la colaboración de numerosos países amigos.
Siempre que un Presidente llega al cargo se da cuenta de que una cosa es estar en la oposición y otra en el Gobierno, pues resulta que es muy fácil ver los toros desde las gradas que enfrentarse a ellos en el ruedo.
Esto quiere decir que si el Presidente Medina no ha acelerado muchos de sus Proyectos, se debe a los intereses tradicionales que se mueven alrededor de ellos, tanto económicos como políticos. Es un secreto a voces que incluso dentro de su entorno hay poderosas fuerzas que si bien no entorpecen, por lo menos influyen para evitar que el Presidente Medina, con la popularidad que tiene, asuma un liderazgo de mayor principalía, que afecte a aquellos que desesperadamente trata de sustituirlo, con consignas que más bien parecen boletines de Meteorología por aquello de que “los vientos soplan” a su favor.
Esos sectores se aprovechan de que la oposición está tan fragmentada y que es difícil unir, a menos que se produzca algún hecho excepcional, como por ejemplo la renuncia personal de sus líderes a las aspiraciones presidenciales, con un candidato unitario que represente todas las variantes de sus fuerzas.
Faltan dos años para que concluya la gestión del Presidente, tiempo insuficiente para que termine las grandes obras que ha iniciado y otras que están en carpeta. Es por eso que en más de una ocasión hemos sugerido modificar la Constitución para que restablezca la Asamblea Constituyente y se extienda de cuatro a seis años el período presidencial, sin posibilidad alguna de reelección, que se prohibiría para siempre.
Son muchos los dominicanos que esperan esa decisión, para una consolidación de la democracia, que todavía no se ha dado.
