Carlos Manuel Plasencia, director de “Los Fabulosos má mejores”, una recomendable comedia familiar apoyada en talento infantil con una trama obviamente previsible, sin dudas premia el final fílmico dominicano del 2015, quedó satisfecho y en paz, tranquilo en su butaca hasta que terminaron los créditos de la película en su función premiere de gala, anoche en los cines de Caribbean Cinemas de Galería 360. Estaba en paz.
El joven director, ahora como espectador, disfrutaba el resultado de una idea que concibió con entusiasmo en 2009 cuando sus amigos más cercanos conocieron el primer guión de Los Fabulosos Ma Mejores.
En su rostro, satisfacción y en sus labios silencio. Lo que acababa de ver era parte de un proceso de crecimiento profesional iniciado con el medio metraje La Cortina del Palacio, rodada en su natal Jarabacoa en 2005, como producción de ultra bajo presupuesto y en la que mostró el talento que como director atesoraba.
Los Fabulosos má mejores es una digna y mágica comedia familiar, basada en los moldes, absolutamente previsibles, de las películas de competencia deportiva en la cuales el llamado a la superación y fuerza de voluntad del equipo más vulnerable, lleva La trama en su mensaje de unidad y superación.
Esta comedia plantea una amigable invitación a las familias dominicanas para terminar el año fílmico, con una producción profesionalmente bien lograda, con un poderoso mensaje de superación de dificultades, develando talentos infantiles que se notan centrados en sus roles y precisos en sus parlamentos y acciones.
Junto a esta niñez prometedora, los artistas adultos para aportar a los valores actorales, en especial lo que logran Salvador Pérez Martínez, en una aparición breve, precisa y que marca la onda del mensaje final, Denisse Quiñones, Luis Felipe Pérez, Felipe Polanco, Oscar Carrasquillo (quien se sigue afirmando como valor consistente en la comedia), Kelvin Martínez, Eva Arias y Héctor Aníbal y la propia Toribio (en actuaciones especiales como narradores deportivos).
Son resaltantes la narración desde una primera persona completamente infantil, en la magnífica animación con que se introduce y en la cual desborda el béisbol como parte del perfil nacional dominicano, su empleo correcto de los recursos técnicos, la fotografía, excelentemente lograda, captando el colorido del Caribe rural, su edición, su diseño de sonido y dirección de arte.
