Página Dos

Los fantasmas que llegarán

Los fantasmas que llegarán

ÉRIKA GARCÍA

 

Para el poeta su vacío es un tumulto, sus horas inmóviles en el recuerdo pueblan humedad de lágrimas y sonrisas, puede que un día todos los poetas estén alegres, que todos sus fantasmas sean piedritas de sol para jugar a las canicas con el tiempo, para que en ese vacío aún quepan todas las canciones.
Hoy nuestra poeta es Érika García, belleza es la primera palabra para referirnos a sus versos, delicadeza y armonía conjugan un ritmo suave y sugerente, interior, alegre de su gracia pretende un alto estilo (logrado), en matices breves y mágicos estos poemas conmueven el asombro, el nervio de lo hermoso.
Confesamos que es una alegre revelación el descubrirla, sabemos de ella que nació en Santiago de los Caballeros el 21 de junio de 1986, su signo es Cáncer, es doctora en medicina, y que además de poeta es violinista graduada de la escuela de Bellas Artes en su ciudad.

Disimular
Los fantasmas propios llegarán
antes de murmurar el alba, y en la mesa
de las horas llenas de mundo y todavía
vacías de palabras
se despliegan los fantasmas ajenos
para tapar un pozo
amarrar la espera,
para tapar un pozo
amarrar la espera.

Unidireccional
De todos los caminos
el yo que rebosa la última humanidad
tan sólo puede reconocer el regreso
cuando nunca partió a lugares mayores que la próxima cucharada
entonces alguien sacudió palabras de sí
y el eco vino lleno de canciones y sonrisas nuevas.

Se acabó el café
La ausencia tiene el tamaño de cinco años
guarda palabras aún hoy canciones, y palabras
de manos espina y piel deshabitada,
pero queda todavía luz en los rincones
ventanas que abren en dirección hacia todas las sonrisas desplegables,
y cuando se acaba el café quedan
aguas subterráneas para beber atardeceres.

Las horas
Dos son las distancias a recorrer:
una muy oscura
la otra aún más anclada a historias de papel.
Existe un nombre para el amor
y un adjetivo inventado para el olvido,
y mientras habitamos la calle de fechas imprecisas o indecisas
alguien emprende una carrera loca hacia el único beso
y arrastra súbito y desesperado
el primer café de mañana.
Espera(anza)
La espera
deja las cortinas corridas, la puerta
entreabierta
y se confunde con un malestar interminable de músculo liso
o de nombres ordenados por el tamaño de cada letra amada
o incluso olvidadas.
Puede un día medir las distancias
las gotas que escaparon de un mayo,
y dejar las tazas vacías.

Coser un domingo
Las calles solían gritar
es necesario hilvanar el amor
solían también callar la sonrisa breve
los ojos que dormían la tarde,
surgieron grietas a las cinco
se redujeron a hilos los besos:
ojal intransitable
remiendo oscuro,
telas nuevas.
Estación del año
Si no existe tal primavera
si no es posible inventarla
o hilvanar los retazos
entonces llevo
flores a mi mesa
y me las como.

***
El día que el amor venga prehecho
en latas de conserva
o en cajas rápidas
o con lazos festivos,
sabré mi humanidad muerta
lo que queda de mí muerto
y lo que espero nunca vivo.
Derrame
Debo decir que un día
mi corazón se tendió boca arriba sobre una cama estrecha y
de una sola vía,
que durmió cada atardecer mientras la noche
servía de frazada o de pañuelo o de lamento.
El día 527
mi corazón se detuvo al fin:
de todos modos nadie había muerto.
Autorretrato
Alguna vez en la vida
llevo una caja de cartón sobre la sonrisa
para jugar con el Sol,
quien sale perdiendo,
tampoco puedo
no dibujar el espejo antiplata.

El Nacional

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