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Los hijos del feminicidio

Los hijos  del feminicidio

El drama de los feminicidios que tiñen de sangre la sociedad, lamentablemente va más allá del terrible hecho de que un hombre quite la vida a su pareja y en la mayoría de los casos se suicide.

Cientos de niños y adolescentes hijos de estas parejas que finalmente ya no están en sus vidas, quedan desamparados y sin un panorama claro que les ayude a organizar nuevamente sus vidas.

Deben aprender la mejor manera de vivir con el recuerdo de lo que para ellos es su peor pesadilla y el hecho que apunta a poner en peligro su estabilidad emocional.

Y es que como todo duelo, es difícil que un día se olvide por completo la muerte de los padres, mucho peor si esta muerte es por feminicidio. Especialistas afirman que más bien se aprende a lidiar con eso.

Los hogares destinos de estos niños son muchas veces los familiares cercanos, que en ocasiones no pueden asumirlos juntos, cuando son dos, tres o cuatro hermanitos. Entonces, si los abuelos o tíos aceptan la responsabilidad, se reparten en diferentes hogares, significando esto que no crecen juntos como hermanos, como debería ser una vida normal.

“Ya a este nivel los hijos e hijas no solo se quedan huérfanos, situación con la que hay que lidiar, sino también con haber sido testigos y víctimas de un círculo de violencia, tóxico y disfuncional”, explica la terapeuta infanto juvenil Arisleydi Sánchez.

La profesional manifiesta que no es sencillo hablar de las secuelas que pudieran presentar los niños y niñas víctimas de estas tragedias.

“Son niños y niñas que se sienten frustrados e impotentes con la vida que les ha tocado, que se han educado suprimidos y en situaciones de maltrato, directo e indirecto, que han ido acumulando ira o que en otros casos han tenido que ser extremadamente pasivos para sobrevivir”, agregó la psicóloga del Centro Vida y Familia.

Entonces –dice- en general podemos decir que su estado emocional, afectivo, psicológico y la forma de relacionarse deben ser evaluados y tratados.

Las personas del entorno de estos niños deben entender que los que viven violencia intrafamiliar, perciben la relación que tienen de manera muy diferente a las que no han vivido este tipo de situación.

Sánchez agrega que estos necesitan de mucha comprensión y ayuda y sobre todo apoyo, de estar para ellas cuando pidan ayuda y también cuando no lo hagan, ya que es muy difícil salir de una situación de violencia de género sin apoyo de la familia y amigos cercanos.

Sugiere realizar planes de actuación, prevención y educación en violencia de género, así como fortalecer las redes de apoyo y ayuda, principalmente de orden legal para no llegar a este punto.

Un programa de apoyo

La Procuraduría General de la República no tiene un programa de apoyo a los niños que han perdido sus padres como consecuencia de un feminicidio, pero si existe en el gabinete social un programa que los ayuda en aspectos importantes de su vida y estabilidad emocional.

La magistrada Marisol Tobal, procuradora de Niños Niñas y Adolescentes, detalla que este programa les da soporte psicológico, seguimiento luego de que ocurre el hecho para ver dónde colocarlos que sea un lugar seguro. Allí se investiga si hay un familiar que se puede hacer cargo de ellos, preferiblemente del lado materno, por los conflictos que se pueden generar por lo ocurrido.

“De no haber una familia, porque a veces son tres y hasta cuatro niños, se colocan en hogares de familias cuidadoras que son capacitadas y entrenadas para poderlos recibir y deben aprender a tratar con niños que han sufrido este tipo de traumas. Se les da seguimiento para ver que estos niños estén protegidos y no reciban maltratos”, aporta Tobal.

Afirma que las familias que quieran entrar como cuidadoras son depuradas porque deben aprender a manejar traumas, vivir una vida organizada donde la integridad del niño, niña o adolescente, esté asegurada.

La procuradora dice que ya en el país existen, en familias cuidadoras, de 250 a 300 niños víctimas de feminicidios. En su totalidad miles de niños están en la horfandad por este motivo, los que se encuentran entre estas familias cuidadoras y hogares de sus familias cosanguineas.

Programa de asistencia en Santiago

Desde el año 2008 en la ciudad de Santiago existe un eficiente programa de asistencia para niños, niñas y adolescentes, que a partir del 2012 tiene un enfoque más integral hacia la construcción de proyectos de vida, que incluyen también a sus tutores.

El Programa de Apoyo a niños y niñas víctimas de violencia y Criminalidad, está dirigido a niños/as hijos de víctimas de muertes violentas y/o femenicidios, abarcando la ejecución de acciones con otras instituciones.

La magistrada Luisa Liranzo, procuradora fiscal titular de Santiago, completó que este programa llega hasta la realización de un campamento de verano que de manera ininterrumpida realizan desde el 2012, además de charlas y seguimiento escolar a dichos menores, acompañamiento médico, vacunas, evaluaciones, etc.

“Operamos con nuestros propios fondos, sin embargo recibimos el apoyo de las instituciones públicas afines al tema”, dijo.

En cuanto a los trámites relativos a la custodia, trabajan de la mano con la Fiscalía de Niños, Niñas y Adolescentes, pues conforme a la Ley 136-03 dicho tema le corresponde a esta jurisdicción especializada.

Afirma que ellos no intervienen en hogares sustitutos de dichos menores, sino que apoyan y acompañan a sus familiares en el proceso de duelo, seguimiento y empoderamiento, y dan todo el apoyo jurídico que de cada caso pueda desprenderse, independientemente del rol que desarrolla el Ministerio Público como órgano de persecución penal.

Protocolo de apoyo

En el año 2015 se presentó el Protocolo del Programa de Atención a Niños, Niñas y Adolescentes Huérfanos por Feminicidios, con el objetivo de fortalecer la protección social con una política pública dirigida a garantizar los derechos de los menores afectados por esta tragedia.

La iniciativa se ejecuta a través del programa Progresando con Solidaridad, con el apoyo del Ministerio Público, el Consejo Nacional para la Niñez (Conani), el Ministerio de la Mujer (MMujer); Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, el Seguro Nacional de Salud (Senasa); el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), entre otras instituciones del Estado y no gubernamentales.

Buscan intervenir unos 300 niños y niñas huérfanos cada año producto de estos hechos fatales e integrarlos a la Red de Protección Social del Gabinete de Coordinación de Políticas Sociales.

UN APUNTE

144 niños sin madres

El Observatorio Político Dominicano (OPD), publicó en uno de sus denominados cuadernillos el pasado jueves, que 144 niños quedaron sin su madre en el 2016, mientras que unos 91 quedaron sin padre. El material, que es una iniciativa la Fundación Global, Democracia y Desarrollo (FUNGLODE) aporta además que el 23 por ciento de los feminicidas se suicidó tras matar a sus parejas o ex parejas.

EL DATO

Objetivos potenciales del programa 

Este programa de apoyo a niños y niñas víctimas de la violencia y la criminalidad pretende potenciar la capacidad de las familias que protegerán a los niños que han quedado en la horfandad por la ocurrencia de un hecho de violencia.

También: -Establecer procesos que permitan el empoderamiento y regreso a la vida económicamente productiva de los cón yuges viudos o viudas.

-Se involucran en el liderazgo comunitario y social allegado a las víctimas, para que contribuyan a generar un entorno favorable.

-Promueven iniciativas que apoyen el acceso de los huérfanos a servicios esenciales como la educación, atención primaria de salud, registro de identidad y otros.

-Sostienen programas de ayuda psicoemocional a los niños afectados y a las personas que los tienen a su cargo, para que puedan enfrentar el doloroso trauma de la pérdida.