Opinión

Los juegos de azar

Los juegos de azar

El nuestro es un Estado para el vicio. Afirmación exagerada  de haber sido formulada  hace unos años. Los juegos de azar, bancas de apuestas, lotos, tragamonedas, bingos, casinos, etcétera, se han multiplicado, sobre todo en la zona rural y barrios pobres, por diez o por quince, desde el 30 de septiembre  pasado,  fecha en que  la Lotería Nacional reveló que los  dominicanos juegan más de 100 millones de pesos en bancas de apuestas.                                                                                     

Esto fue suficiente motivo para que los obispos Jesús María de Jesús Moya, de la Diócesis de San Francisco de Macorís, y Francisco Osorio Acosta, de San Pedro de Macorís, dieran la voz de alarma.  Advirtieron sobre los daños ocasionados por esos vicios que el Estado alienta a través de la Lotería, sólo para recaudar impuestos sin medir las consecuencias. “Contribuyen al subdesarrollo, a la delincuencia, y sobre todo a la desestabilización de las familias”.

El obispo De Jesús Moya lamentó que el gobierno no priorice la educación ni tome en cuenta que la escuela es una inversión que permite el progreso y el auténtico desarrollo. “El que haya más bancas que escuelas, centros culturales y hospitales en la República Dominicana es vergonzoso”.  Atribuyó el incremento desproporcionado de estos negocios a una mala estructura de organización que impera en el país.

En los últimos días ha salido al mercado una decena de nuevas lotos. Desborda la capacidad de asimilación de los consumidores,  acaparando los programas de televisión con su publicad. Estamos ante un encendido festival de francachelas, vicios y molicies  que promueven el delito, la vagancia, el narcotráfico, el lavado y toda suerte de  actividades tendentes a estimular y elogiar la ley del menor esfuerzo.

Lo peor es que el sea el propio Estado y el gobierno quienes auspicien esta humillante realidad. El total de bancas  de apuestas supera con mucho, el conjunto de todas las escuelas, universidades farmacias, clínicas, hospitales, bibliotecas, academias de música, galerías de arte, centro de madres e infantiles, cines, teatros, parques deportivos, talleres, fábricas, en fin, todos los sitios adonde es posible promover y lograr una vida digna.

No es posible combatir el tráfico y consumo de drogas ilícitas mientras se promueve los juegos de azar y apuestas. Todos los vicios andan de la mano.

Es hora de llamar la atención sobre el desbordante repunte los juegos de azar en desmedro de las más sanas actividades.

El Nacional

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