Opinión

Los obispos

Los obispos

Ernesto Guerrero

En lugar de estar abogando por la solución de problemas acuciantes (corrupción), los obispos en su carta pastoral, vuelven con su tradicional y misógino discurso, supuestamente en defensa de la mujer, pero que en realidad desvela su arcaica y desfasada posición de considerar a la mujer como un simple objeto, cuya única función es la de concebir aun a riesgo de su propia vida.

Desafortunadamente, ninguna de las grandes religiones practica la igualdad de género: Las mujeres no pueden ordenarse sacerdotes; se deben vestir de alguna manera específica en su vida diaria; literalmente no pueden hablar, leer ni predicar; deben someterse a su marido; y a la absurda exigencia de que deben llegar vírgenes al matrimonio. María; madre y esposa que a pesar de concebir siguió siendo virgen, es el modelo a seguir, para nada Eva; la trasgresora, que se atrevió a ir en busca del conocimiento, y a la que Dios castigó según lo expresado en Génesis 3:16, “Multiplicaré tus trabajos y miserias en tus preñeces; con dolor parirás los hijos, y estarás bajo la potestad o mando de tu marido, y él te dominará”.

Las mujeres a través de la historia han sido marginadas y maltratadas por las iglesias. Aquellas que adquirían algún conocimiento, fueron llevadas a la hoguera acusadas de brujería. A decir de San Agustín de Hipona; “Las mujeres no deben ser iluminadas ni educadas en forma alguna. De hecho, deberían ser segregadas, ya que son causa de insidiosas e involuntarias erecciones en los santos varones”.

Para el grupo de hombres viejos, que aparecen en la foto de todos los periódicos, la vida de una mujer, tiene el mismo valor que la de un cigoto o un feto; (como si un huevo fuera una gallina). De igual manera, amenazan con el fuego eterno a cuantos congresistas se atrevan a desafiar sus particulares concepciones sobre la vida.

Ayer en Higüey, con la idolatrada imagen de la Virgen de fondo, las autoridades del país, fueron nueva vez advertidas sobre la no interrupción del embarazo bajo ninguna causa. Curiosamente fue en esa misma provincia donde años atrás, las niñas recluidas en un albergue fueron violadas por sacerdotes, crimen por el que la iglesia ni siquiera pidió perdón.

El Nacional

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