Opinión

Los podridos sobresalen

Los podridos sobresalen

El ordenamiento social de un país no está constituido solamente por las fuerzas económicas que determinan el modo de producción, las fuerzas productivas y los órganos represivos del Estado;  también forma parte del mismo el bloqueo ideológico encargado de adecuar el pensamiento de las grandes mayorías nacionales, de las masas populares, a lo que conviene a los grupos que dominan el  Estado y que son, en fin de cuentas, los favorecidos del sistema social.  Lamentablemente, por la ignorancia y el atraso, a los hombres y mujeres del pueblo no les resulta fácil descubrir, conocer las interioridades de los medios y métodos que ponen en práctica los ideólogos del sistema dominante para engañar a la generalidad de los integrantes de la sociedad.

Una demostración de que el atraso sirve de base de sustentación  a la minoría que domina el poder del Estado es que con el concepto de democracia se mantiene al pueblo dominicano  estafado políticamente, diciéndole que su felicidad está en mantener la democracia representativa como forma de gobierno y que todo lo que se haga para conservar su vigencia va en provecho del pueblo, cuando en verdad la democracia aquí es  ficción.

Todo el conjunto de factores que inciden para mantener a la mayoría de los dominicanos y dominicanas en estado de insuficiencia, analfabetismo, desconocimiento e incapacidad para comprender la realidad de las cosas, las interioridades de los fenómenos sociales, distinguir entre un politiquero ladrón y un político honrado, en fin, la ignorancia permite que el delincuente político llegue a ocupar un cargo electivo.  La renovación de los corruptos en el seno de todo el aparato burocrático siempre es posible porque al pueblo no le resulta fácil establecer la diferencia entre quién va al gobierno a enriquecerse con los recursos del Estado y aquel que quiere hacer aportes positivos desde los distintos organismos estatales. 

                    La sutileza con que se maneja la politiquería lleva a los votantes a dejarse cautivar por truhanes de la política, que lo primero que hacen es procurarse a un ideólogo, escritor, periodista o comunicador para que difunda el veneno que lleva a los electores a desconocer, a no comprender, a no entender que los politiqueros del sistema son,, por esencia, delincuentes. 

En nuestro país los políticos ladrones mantienen vigencia en el ámbito político nacional porque al pueblo se le ha mantenido bajo la línea del engaño haciéndole creer que hay diferencia entre el político de ayer que fue dirigente de La Banda, el que asesinó a su esposa y aquel que en la Cámara de Diputados, en el Senado o en la Liga Municipal, se robó los dineros del presupuesto nacional. 

Los políticos delincuentes, no importa el lugar donde ejercen sus funciones en el gobierno, son los mismos, lo único que hacen es cambiar de fachada para así hacer más fácil la confusión ante el electorado. Los que hacen de la política un negocio son los mismos, idénticos en sus inconductas, actúan parejos en sus acciones delincuenciales, van a la par en el robo de los dineros del erario, son similares en sus métodos de felonía, hay equivalencia en lo que se refiere a su proceder para hacer de la política un lucrativo negocio.

 La cultura de lo ilícito, lo indebido, de lo prohibido, de la falsía, todo aquello que está fuera de la ley y la decencia sirve de norma a los políticos ladrones.

El ambiente político nacional dominicano se mantiene dominado por la suciedad, por la porquería política, por la roña, por la misma miseria humana que trafica con la politiquería, porque tiene a su servicio todo el estercolero ideológico del sistema que ha sabido manejar la trama de la confusión ideológica haciéndole creer a los hombres y mujeres del pueblo que aquí todos los que participan en política son iguales y que no hay diferencia entre el que la hace con dignidad y decoro y aquellos que han convertido la política en una afrenta, un bochorno, una desvergüenza, un descaro, una desfachatez rodeada de impureza impúdica y total deshonestidad.

 La porquería politiquera dominicana está sostenida en lo ideológico por lo nocivo, lo podrido, por le subproducto social generado por lo peor del sistema.   

El Nacional

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