Opinión

Los políticos, como nación, al parecer, nuestra peor inversión

Los políticos, como nación, al parecer, nuestra peor inversión

Escribo sin querer queriendo. Deseando hacerlo pero al mismo tiempo en medio de indecisiones de ser o no. Estoy en verdad sin saber si soy como esos que se ahogan en un vaso de agua, o soy, de esas otras personas, que se toman el agua y venden el vaso.

 A tal situación nos llevan determinados funcionarios y exfuncionarios, que esto último es lo mismo que cuando lo fueron, porque estando en la posición, era como si no estuvieran. Se la pasaron teorizando o creando sus propias estadísticas y mitos fantasiosos.

 Y, como no estoy por perder mi tiempo en cosas sin importancia, llámese chismes faranduleros o no, en declaraciones descaradas o no, de igual manera nos tenemos que referir a alguna, por ejemplo: Esa desdichada y demencial –esto último por desvergonzada–, expuesta por uno de los salvadores de la patria, enquistados dentro del famoso, prepotente, inoperante y abusivo comité…

A saber, quizás esta persona sufra de amnesia, producto quizás de los años pasados en un paraíso o unos años repletos de idílicos momentos, muy diferentes y ante todo, de aquellos pasados en la humildad de la Padre Billini esquina Santomé, de la Zona Colonial y que a muchos de los “nuevos vengadores”, ni “pue’l diablo” se le puede hacer referencia.

Solo esta situación explica que a este señor se la haya olvidado los años que permaneció a la cabeza de la responsabilidad de la seguridad ciudadana y que solo se quedó en estadísticas y planes aéreos, preparados por un “aventajado y aprovechado” catedrático extranjero o que quizás, perdió el tiempo preparando sus teorías idílicas y hoy, sin rubor alguno, tiene el tupé de pretender establecerle pautas al Señor Presidente de la República, sobre cómo utilizar los recursos del Estado para “colocar a corto plazo a la policía a operar con eficiencia”.

 Definitivamente, todos nos estamos volviendo locos, tarados o padeciendo de amnesia, para olvidar con tanta facilidad, que este mismo señor, tuvo a su disposición todos los recursos y más de los que cualquier mandatario haya puesto en manos de funcionario alguno, para resolver este grave problema y sin embargo, se quedó en las brumas, como dice el pueblo, ni fu ni fa. Quizás haya que ser muy cara dura y al mismo tiempo irrespetuoso, para expresar abiertamente tamaño descaro oral.

 Y, mientras el hacha va y viene, definitivamente hay que ir pensando seriamente en ponerle coto a esta incontinencia moral llevada a cabo por la mayoría de estos políticos, que cual plaga maldita a corroído los buenos principios que otrora anidaran en nuestra sociedad, donde ya no se respira aire, sino, pestilencia, siendo por demás, que ya por las venas sociales no corre sangre, sino, pus.

La amnesia no nos permite reconocer que el hambre, la ausencia de alimentos para una gran mayoría, está presente; que la desgraciada e irresponsable “deuda eterna” y la carestía de todo, por igual, está presente. Que no basta con el bendito salami o el “pote e-romo”  en tiempos de campaña; que el clientelismo y el populismo no resuelven el problema y que por el contrario en cualquier momento, como si fuesen fuegos artificiales… ¡explotan! y que la maldita corrupción prosigue su agitado curso para mantenerse presente.

 Si, están presentes, como estos hechos lo han estado en todas y cada una de las insubordinaciones, revueltas o “sal pa’fuera”, que este pendejo pueblo ha llevado a cabo desde sus inicios como nación pero, nuestros políticos no los ven.

 Pero, ya hay que pensar en cambiar los políticos pero, no me refiero a partido alguno, no, me refiero al proceder, a la conducta en el manejo que los políticos hacen de los poderes que les confiere el pueblo. Y como dice un adagio que, siempre puedes hacer más de lo que crees y que las personas no conocen su verdadero poder, ese poder que muchas veces se ejerce con un simple voto, sin el cual, los políticos son simplemente nadie.

 Reconozco que esto es una utopía, porque las cárceles deberían estar llenos de ellos pero, son dueños del bate, la pelota, las bases, los guantes, el terreno y sobre todo y por encima de todo, nombran y dominan el réferi. Al parecer, estamos ¡j….s! ¡Sí, señor!

Twitter:@rafaelpiloto01

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