Señores…! los zombis realmente existen, residen en la región Este y no en la frontera con Haití. Si tienen dudas pueden encontrar estos “vendíos” (como diría doña Ana), en la página 67 de la auditoria del registro civil por TC 164-13. Allí aparecen 15 de los llamados “Natimuerto” , además de “Muerto Pérez”, que resucita en la página 66.

Los zombis de acuerdo con la tradición voudu, no son seres malignos como los presentan en las películas, sino mas bien muertos, victimas de algún hechizo que han sido reanimados y vueltos a la vida (muerto en vida). Por lo regular son negros fornidos, de ojos lubios, de caminar lento, cabizbajo, con los brazos caídos, y que ahora deben sumisión al “Baka”.

Los zombies han sido objeto de múltiples investigaciones científicas y algunas concluyen que en el proceso de zombificación se usan polvos preparados a base de plantas, y una toxina conseguida del pez guanábana. La ingesta tiene un efecto farmacológico, que produce una especie de catarsis, se detienen los signos vitales, y la persona es declarada clínicamente muerta, pero luego es revivida con otros antídotos.

Según la tradición, la ingesta de sal puede ayudar a reducir la sumisión, pero volver a la normalidad solo puede conseguirse por la intervención divina de un dios voudu llamado “Le Grand Maitre” . Aunque parezca inverosímil, todavía el Código Penal de Haití en su artículo 246, considera la zombificación como un crimen, a pesar que los individuos están técnicamente vivos.

Restituido el derecho a la nacionalidad de los “Natimuertos” , solo quedan a merced de los explotadores y bakas, aquellos dominicanos de ascendencia haitiana, nacidos en el país antes del 2010 que no fueron a registrarse, pero que tampoco se van de su país. De no actuarse con justicia, reconociendo sus derechos, seguirán como almas sin rumbo y pasaran a la posteridad como “los zombis de la Junta”.