Opinión

Manga por hombro

Manga por hombro

Me pregunto si tenemos gobierno, porque francamente comienzo a dudarlo. Un gobierno que apenas tiene un año, parece desarticulado, viejo, cansado y sucio por la corrupción  cada vez más evidente. Incapaz de dar respuesta a los reclamos de la población que exigen agua potable, energía eléctrica, vivienda, empleo, salud, alimentación y seguridad ciudadana.

En cinco años, las autoridades han recaudado en impuestos más de 500 mil millones de pesos –que es mucho dinero-, pero nadie puede explicar sin ofender la inteligencia de los demás, en qué se han invertido, pues las obras se construyen con financiamiento externo, aumentando con ello la deuda externa (eterna), y de paso los problemas del país.

Si el gobierno se mantiene en pie, se debe a la gran inversión en publicidad, prensa, propaganda y compra de comunicadores a través de una red que es una vergüenza para el ejercicio profesional. Si el gobierno no se ha derrumbado, es por esa corriente de Opinión Pública que impide que se escuche el eco cada vez mayor de la gente que protesta. Si el gobierno no ha colapsado se debe a la falta de una oposición real que acompañe al pueblo en sus luchas; se debe, por igual,  a un PRD cada vez más derechista. El PRD ya no es un partido de centro-izquierda. Es un partido de derecha. Mas no importa, el gobierno se hunde en el pantano del crimen, del narcotráfico y la corrupción.

Las instituciones como las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional se han degradado a un punto tal que han perdido credibilidad. En casi todas las bandas de asaltantes, ladrones, narcotraficantes y asesinos hay involucrados militares y policías.

Al cumplir su primer año (parecen cien), el presidente de la República no sabe que hacer, ni donde ir. La nave del Estado se hunde. Las ratas pronto comenzarán  a saltar. En una maniobra diabólica termina por entregarle todo el sistema eléctrico del país al sector privado. Para saciar la sed de los insaciables sacrifica a su amigo y compañero de partido, Radhamés Segura. No sólo lo cancela, sino que nombra en su lugar a su más encarnizado enemigo,  al que le hizo la vida imposible en la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales. Ahora todo el sistema energético está en manos de los empresarios, que comienzan a frotarse las manos. Como dirían los cristianos: la iglesia en manos de Lutero.

Tan perdido está el Presidente, que le pide al presidente de la Cámara de Diputados que lo ayude a buscar fuentes de financiamiento para el cumplimiento de la ley  que  otorga un 4% del Producto Interno Bruto a la educación.  Dinero hay para eso, para el aumento de salario a los médicos, para el 10% a los ayuntamientos… El problema es de falta de voluntad política. El problema está en la corrupción, en la falta de un gobierno serio y responsable.

El Nacional

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