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Manto de misterio envuelve crimen empleado Candelier

Manto de misterio envuelve crimen empleado Candelier

A casi dos meses de asesinato de Agustín Ulloa Reyes, empleado del ex jefe de la Policía, Pedro de Jesús Candelier, el hecho continúa en un manto de misterio, porque nada se sabe de él o los autores del crimen.

El  general ® Candelier, reiteró este martes su queja de que la Policía no haya podido reunir pistas sobre los que mataron a Ulloa Reyes, de 48 años, el pasado 18 de enero, tras haber salido de su residencia situada en la Urbanización Alameda, de Santo Domingo Oeste.

“Fue asesinado a mansalva, pero no se ha esclarecido ese crimen por ser un humilde trabajador sin apellidos sonoros y sin abolengo político, económico y social”, expresó Candelier.

Indicó que tras sus quejas en El Nacional, fue a un mes y medio de ocurrir el crimen, fue que un oficial visitó a los familiares sin llevarle ninguna esperanza sobre el paradero de los asesinos de Ulloa Reyes.

El empleado de Candelier fue ultimado de una puñalada en el pecho, minutos después de haber salido de su residencia,  un sector de clase media alta, que tiene control de acceso vigilado por guardianes privados, que observan todo el movimiento de residentes y visitantes que ingresan al mismo.

“Es por esa razón que es de suponer que los delincuentes que perpetraron el homicidio fueron avistados por los vigilantes, y entendemos son los que están en las mejores condiciones para ofrecer a los investigadores de la Policía las características fenotípicas de los posibles criminales”, expuso Candelier

Apuntó que esas informaciones deben ser recabadas por los agentes destinados a descubrir el crimen, “pero eso es posible cuando existe interés, y al parecer en este caso hay un evidente desinterés sin importar la causa, que atribuye obedece al origen humilde de la víctima”.

Señaló que cuando existe interés en el descubrimiento de un crimen, se persigue metro a metro al posible autor o autores, “en el casos de Ulloa Reyes, parece que la persecución y la investigación son hechas de mil kilómetro a mil kilómetro, y esa persecución se hace caminando a pies, de seguro que no hay manera de llegar al fondo de lo buscado y el crimen de Ulloa es un ejemplo”.

Candelier Tejada entiende que por tratarse de la muerte de un empleado de confianza de un ex jefe de la Policía, la institución debió desentrañar el móvil, porque pudo ese crimen un mensaje macabro a su seguridad y por mi posición política actual.

El Nacional

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