Opinión

Más allá de la frontera

Más allá de la frontera

Pretender controlar la inmigración ilegal desde Haití en la frontera es, y en el futuro previsible será, virtualmente imposible. Si bien algunas medidas de control pudieran ser aplicadas para mitigar el volumen de movimiento de personas y bienes, si las causas de raíz detrás de la emigración de los nacionales de Haití no es atendida estaremos viviendo la historia de nunca acabar.

Mientras Haití persista como el país más pobre del hemisferio la situación migratoria no va a cambiar, República Dominicana seguirá siendo destino o puente de sus nacionales en búsqueda de mejores oportunidades querámoslo o no, y la realidad es que no tenemos los recursos materiales ni humanos para poder controlar ese flujo. En ese sentido, la solución no vendrá en forma de guardias o muros, sino en un nuevo enfoque hacia como abordamos la situación de nuestro vecino.
La República Dominicana debe estar a la cabeza del esfuerzo internacional no solo de que Haití realice las reformas internas necesarias para crear instituciones viables a lo interno, sino que este inicie un proceso de apertura comercial drástico y rápido. Más aún como nación deberíamos ser los primeros llamados a forzar a Haití a la legalidad del comercio internacional, como parte más periódicamente afectada, empleando todos los mecanismos legales en los acuerdos regionales suscritos con ese país y en la Organización Mundial del Comercio.
Adicionalmente Haití necesita un cambio político que le impulse más allá de un Estado mendigo. Debería ser inaceptable tanto para la comunidad internacional, como para nosotros sus vecinos, que a más de 7 años del terremoto que devastó a ese país, la situación no esté muy distinta al desorden existente apenas unos meses después del desastre natural. La clase política haitiana no puede seguir beneficiándose de la situación caótica de ese país y el constante chorreo de asistencia internacional sin control, a cuestas de su pueblo afectado por la pobreza extrema y sus vecinos.
República Dominicana debe y puede hacer muchas cosas para encaminar hacia una solución definitiva el problema de la migración desde nuestra vecina nación. Pero para alcanzar esto tenemos que ver mucho más allá de la frontera y aquellos que la resguardan, porque francamente no tenemos la suficiente cantidad de dinero como para seguir tirándoselo a ese problema.

El Nacional

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