Opinión

¿Más que números?

¿Más que números?

La ciencia económica es mucho más que una acumulación de cifras y gráficos, pues su contenido se construye cotidianamente por el accionar colectivo de la sociedad, lo que significa que debe concebirse como una hechura político-social.  En efecto, una definición clásica de la economía hace referencia al “estudio de la  forma en que la sociedad gestiona sus recursos escasos”, cuando en realidad su práctica debe ir dirigida a mejorar cada vez más  las condiciones de vida de las grandes mayorías.

Por eso conviene tener presente la necesaria vinculación que debe existir entre la economía y la política. Ocurre que en el área de estudio y de acción de la economía intervienen cuestiones que no son simples números, sino que expresan intereses enfrentados de sectores sociales que tienen su manifestación en el terreno político.

 En su libro “Economía a contra mano” (2012) el investigador argentino Alfredo Zaiat sostiene que la economía no se explica con una ecuación matemática, sino a través de los intereses cruzados que existen entre los diversos actores sociales.

Lo dicho precedentemente significa que todo economista lleva en su arsenal de instrumentales técnicos la identificación  con determinados postulados político-ideológicos, aunque pretenda invocar una neutralidad.

 Economistas que rinden culto a los modelos econométricos y el predominio de los enfoques matemáticos llegan al convencimiento fanático de que sus métodos son superiores y más rigurosos que los de las otras ciencias sociales.

Los economistas neoclásicos se jactan de menospreciar toda investigación cuyas conclusiones no se basen en el análisis cuantitativo de una masiva cantidad de datos, calificándola como “literatura” o, aún peor, como “periodismo”. Se consideraban infalibles, es decir, que nunca se equivocaban.

 ¿Y qué decir del  predominio de las ideas económicas durante la última década del pasado siglo cuando se levantó un altar a “la mano invisible del mercado” y a la exclusión   del Estado en las determinaciones económicas de la sociedad?

Los economistas abanderados del  enfoque neoliberal  estaban muy de moda, y poseían un  discurso rico en manejo acomodado de cifras e imágenes que sembraban dudas en los hacedores de políticas económicas.

Eran los favoritos de los organismos crediticios multilaterales y eran contratados para divulgar sus controversiales programas de ajuste macroeconómico. Y ¡ay! de aquél infeliz  economista o político que no se llevara de sus científicos y elaborados consejos.

Y es que nunca está de más repetir que detrás de la opinión de un economista siempre está subyacente –aunque pretenda cobijarse bajo una apariencia técnica- la identificación con determinados intereses económico-políticos que se expresan a través de planteamientos ideológicos.

Los hacedores de políticas económicas no actúan en función exclusiva de sus capacidades técnicas, sino en consonancia con los intereses económicos, políticos e ideológicos que representan. Porque  la economía no es una ciencia social neutra.

El Nacional

La Voz de Todos