La Organización de los Estados Americanos, organización internacional y continental que fue creada el 30 de abril de 1948, con el objetivo de ser un foro político para la toma de decisiones, el diálogo multilateral y la integración de Las Américas. Trabaja para fortalecer la paz, seguridad y consolidar la democracia, promover los derechos humanos, apoyar el desarrollo social y económico favoreciendo el crecimiento sostenible en América. Dentro de las Naciones Unidas, la Organización de los Estados Americanos constituye un organismo regional.
La OEA no tiene más facultades que aquellas que expresamente le confiere dicha Carta, ninguna de cuyas disposiciones la autoriza a intervenir en asuntos de la jurisdicción interna de sus 35 Estados miembros que son: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba1, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela, Barbados, Trinidad y Tobago, Jamaica, Grenada, Suriname, Dominica, Santa Lucía, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas,Bahamas, St. Kitts y Nevis, Canadá, Belize y Guyana.
En mi columna de hoy quiero adelantar a nuevas situaciones que podrían decidirse después de que participemos en las próximas horas a una reunión con los ex cancilleres vivos y el actual canciller, don Andrés Navarro, donde se supone que puede resultar de mucho interés y se espera que se aborde, como es natural, la sorprendente e injusta acusación que ha venido motorizando el gobierno actual de nuestro vecino Haití, acusándonos, a la Republica Dominicana, de toda clase de mentiras con aparentes intereses políticos y otros, porque como puede nuestro país ser racista, ya que estamos compuestos de inmigrante de todas las etnias, donde más del 83 % son mulatos y negros, donde el éxito de nuestro turismo, ha sido resultante de nuestro calor humano, en donde los propios Haitianos andan libremente por campos y ciudades disfrutando de las libertades y hospitalidad de nuestro pueblo.
Nuestro país gasta gran parte de su presupuesto en la salud y educación de nuestros vecinos Haitianos, aun sin estar dotados de documentación legal. Frente a este injusto asedio internacional, ruego a nuestro cuerpo diplomático acreditado en el país, a que informen por favor a sus respectivos países la realidad que ellos ven en el dia a dia en nuestras calles, ya que esto es parte de sus funciones como testigos de primer orden que son.
La mayor muestra de que somos acusados injustamente lo demuestra la carta que envió el ex embajador a Haití, don Daniel Supplice a su presidente Michel Martelly, en la que dicho embajador Haitiano rechazaba las acusaciones que hace Haití contra la política migratoria de este estado libre y soberano, la Republica Dominicana.
