He aquí la continuación de las sugerencias hechas por el señor Miguel Díaz.
c) Que la Ley de Presupuesto, en vez de tener discrecionalidad, se establezca como porcentaje fijo del ingreso anual o mensual de las recaudaciones públicas. Esto significa que a cada cartera, departamento o institución pública se le asigne un porcentaje fijo del presupuesto, en concordancia con la relativa importancia del mismo, incluyendo que se sancione penalmente cualquier violación al mismo.
d) Que se establezca para cada institución un reglamento sobre los procedimientos de compra de bienes y servicios, a cargo de un comité a tal efecto. El cual como estará compuesto de empleados de carrera, y no delincuentes políticos, sería muy difícil corromper.
Con la aplicación de estos cuatro puntos, se lograría convertir la política en lo que debería ser según Duarte: “La más noble aplicación después de la filosofía”. Resulta que la política es la directriz para la acción pero no es necesario que los que la llevan a la práctica sean políticos. Por consiguiente es mucho más saludable si los políticos se dedican justamente a trazar políticas, y los técnicos y burócratas la ponen en ejecución. Así de simple.
Debido a que los recursos de que dispone un país o persona, son base para el progreso económico, si estos cuatros puntos se establecieran, entonces toda la vida nacional se adecentaría, porque lo que primaria es la capacidad y no la habilidad de ser prestidigitador, engañador, burlador y farsante que impera actualmente.
Se impondría la capacidad en cuanto a la calidad de los políticos, y también en cuanto a los técnicos y burócratas, y esto repercutirá en todos los aspecto de la vida dominicana. En todos, y no estoy planteando una quimera ni cosa complicadísima, mucho más complicado ha sido modificar la Constitución y Vargas y Fernández se pusieron de acuerdo para agilizarla en los temas fundamentales. Esto es mucho más simple y mucho más realista y benéfico.
Yo le escribo esto porque sé que Usted es persona influyente. Quien lo acoja dese el poder demostrará que le interesa hacer política no negocio, y de este modo podría ganarse la simpatía de muchísima gente preocupada por la corrupción, y deseoso de evitar que un demagogo de estos que suelen abundar, se presente como Mesías y nos arrastre a situaciones peores.
