Opinión

Maternidad responsable

Maternidad responsable

Tarde en la noche, cuando una regresa de las reuniones familiares donde todo el mundo parece estar cómodamente feliz con su vida, veo en los alrededores de los parques de la Zona Colonial a niñas bordeando los once, doce y trece años. Un poquito alejados, semiocultos, otros niños que no pasan de los doce, trece, o catorce, las observan.

Son los “cueritos” con sus “chulitos”. Y cuando me acerco y les pregunto que hacen por ahí a esas horas me responden, de manera inmediata y escueta: “Tenemos hambre”.
Es por eso que cuando leo los dramáticos artículos de señoras de la alta sociedad, defendiendo la vida de los no nacidos desde sus bien situadas, amuebladas y jardineadas residencias, siento la misma indignación que cuando leí el llamado de la Madre Teresa para que le enviaran todos los niños no deseados del mundo, a sabiendas de que no tenía capacidad real de hospedar, alimentar, y mucho menos educar a los millones de niños huérfanos de padres vivos que deambulan en el mundo.

Y es por eso que cada vez que se arma un escándalo mediático porque a una joven con cáncer no se le puede dar quimioterapia porque está embarazada (y posteriormente muere por el fanatismo de un cura que se instaló en el hospital), o una que tiene una malformación congénita cerebral y puede morir por embarazo dejando dos niños huérfanos, me pregunto en qué mundo vivimos.Chiqui Vicioso

¿Cómo es posible que el caso de una joven mujer ocupe los titulares de los periódicos, cuando hay una denuncia permanente sobre las redes de niños y niñas haitianos que se distribuyen en las esquinas como pedigüeños; los niños y niñas traficados a los pequeños hoteles para la explotación sexual; la altísima tasa de embarazo adolescente; la pederastia que se practica en los mal llamados matrimonios infantiles sin que la ciudadanía someta al alcalde que convive con una niña desde los once años (hoy tiene catorce), ni el PRD lo expulse; o lo metan junto con el padre (que parece haber negociado a la niña) en La Victoria para que los presos les hagan el correspondiente ajuste de cuentas?

La maternidad responsable no es solo un hecho biológico, es social. Es el convertir el “Dejad que los niños se acerquen a mi” en una militancia por su cuidado, atención, defensa contra todo tipo de abuso, y sobrevivencia.

No se trata de una postura para ocultar nuestras imposturas, sociales, laborales, intelectuales, o religiosas; no es un discurso para ganar notoriedad, o adeptos.

Es respetar la dignidad y libertad de las mujeres (únicas que paren) de decidir; y apoyar a la niñez que ya existe.

El Nacional

La Voz de Todos