Opinión

Maternidad, una opción

Maternidad, una opción

Susi Pola

Ya en el mes de mayo, todo huele a “Día de la Madre”, por obra y magia de la cultura del gasto que divide el año en las fiestas logradas emblemáticas sobre todo para lo comercial, logrando que las personas también acomoden sus vidas a estas fechas en las que nos ilusionan con grandes ventas especiales, manipulando la necesidad y la pobreza, para gastar lo poco que hay.

Como la nuestra es una cultura mítica, recicladora de ideas preconcebidas y androcéntricas, inclusivas y en continua reafirmación para sostener un orden determinado de todas las cosas, hay en este mayo espacio de sobra para exaltar la maternidad como algo sagrado, a partir de esa doble moral que nos aplica, la misma cultura practicada, a las mujeres.

Por supuesto que todas las mujeres tenemos que ser madres porque es la meta mayor, dice esta cultura, y embarca a las niñas desde que asoman a la vida, en una especie de sueño permanente de la maternidad ideal, esa que no existe tal como la pintan. Y es un discurso que se aprovecha solo para estas fechas, porque después, las mujeres madres se convierten en las causantes de las desgracias sociales: que si hay delincuencia, que si ya no hay “valores”, que si la familia se ha destruido, etc.,
Las mujeres tienen la libertad de decir

En realidad, las mujeres somos nada más y nada menos que eso, mujeres. Seres humanas que tenemos genitales que propician la posibilidad de procrear y como toda posibilidad, dependerá de otros factores, entre ellos y el primero, el de que las mujeres queramos o no ser madres que es válido, de lo contrario, seríamos máquinas de hacer gente, pura y simplemente.

Todas las personas podemos decidir libremente sobre nuestras vidas, es un principio de libertad con el que se nace, por lo que, así como las mujeres tenemos la capacidad de procrear, también tenemos la libertad de decidir si hacemos o no uso de esa capacidad. No tenemos que hacer cosas solo porque podemos, pero en el caso de la maternidad, el sentido es “si queremos”. Y eso debiera considerarse un derecho humano inalienable.

La maternidad de mayo, no es la verdadera maternidad, es una caricatura para vender, una especie de glosario que se saca cada año para decir las mismas sandeces alrededor de un “ser especial” que solo vale para estos días de ventas y que se recoge al final, para seguir aumentando cifras de violencias y feminicidios.

Puestas a aguantar tanto mensaje distorsionado para estos días, solo pedir que haya mayor coherencia, al menos!

El Nacional

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