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Médicos apelan condena por muerte Montero

Médicos apelan condena por muerte Montero

La Corte de Apelación de la Cámara Civil y Comercial del Distrito Nacional conocerá el próximo mes el recurso de apelación de los dos médicos y el centro de salud condenado el pasado año por mala práctica médica, que provocó la muerte al periodista José Miguel Montero.

La audiencia para conocer la apelación de los condenados doctores Gabriel A. Molina Mañé, otorrinolaringólogo, el anestesiólogo Carlos A. Marmolejos Oliva, y el Centro Médico Antillano fue fijada para el 17 de julio.

La condena fue emitida por la Segunda Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional.

El tribunal sentenció al Centro Médico Antillano al pago de cuatro millones 500 mil pesos y a los médicos al pago de cuatro millones 500 mil pesos.

La sentencia fue recurrida, y el recurso será conocido en segundo grado por los jueces Eunice Vásquez, Matías Modesto del Rosario, Maritza Capellán Araújo, Ileana Pérez García, e Inés Altagracia de Peña Ventura, el 17 julio próximo, en la Corte de Apelación de la Cámara Civil y Comercial del Distrito Nacional.
Montero murió el 3 de agosto del 2012 tras ser intervenido quirúrgicamente de un tabique y obstrucciones nasales, operación de la que nunca despertó.

El tribunal de primer grado dispuso la distribución del dinero para la viuda Milagros D’Oleo Ramírez y sus tres hijos, entre ellos dos menores.

En la demanda llevada por los abogados Rafaelito Encarnación D’Oleo, Lohengris Manuel Ramírez Mateo y Bendito D’Oleo Montero, el tribunal rechazó la audición de los testigos Ariel Antonio Pérez Ubiera y del doctor Secundino Palacio, quienes pretendieron que la Corte los escuchara sin haber participado en la operación ni estar en el centro médico cuando aconteció la muerte.

En la autopsia practicada el 4 de agosto de 2012 se determinó que su deceso se debió a negligencia médica y descuido.

Los resultados de la necropsia revelaron que el periodista Montero murió asfixiado porque no se le hizo una traqueotomía que le permitiera respirar.

La traqueotomía era necesaria debido a que se le cerró la glotis (porción más estrecha de la luz laríngea) producto de una hinchazón en las vías respiratorias provocada por la operación.

La esposa de Montero, Milagros D’Oleo, sostiene que tras la operación fue llevado a una sala de cuidados en donde lo dejaron con ella sola y que a la media hora expulsaba espuma por boca y nariz en forma de convulsión y que nunca despertó. Dijo que luego de alarmar a las enfermeras, fue que se presentaron los médicos.