La proeza del pueblo cubano al derrotar la dictadura de Fulgencio Batista se agigantó al declarar el carácter socialista de la Revolución y resistir durante medio siglo la guerra sucia que ordenó el presidente de Estados Unidos, Dwight David Eisenhower, como parte del Plan de acción encubierta contra el régimen de Castro.
Desde la entrada victoriosa de Fidel y sus compañeros en La Habana, el 1º de enero de 1959, el imperio ha empleado contra Cuba la guerra psicológica, el terrorismo, las invasiones, el bloqueo económico y en particular el uso de campañas mediáticas.
Con fecha 5 de mayo de 1961, el coronel Jack Hawkins, entonces oficial operativo de la CIA, presentó el documento que le dio plataforma a la preparación y dirección de la Brigada mercenaria 2506, para las acciones terroristas anticubanas, santificadas por Eisenhower y luego por John F. Kennedy.
Para elaborar el complot contra Cuba contaron, además, con la colaboración y el silencio del entonces secretario del Departamento de Estado, John Foster Dulles; el subsecretario de Estado, Thomas Mann; el asistente presidencial Arthur Schlesinger y el director de Planes de la CIA, Richard Bissell, entre otros.
La invasión de Bahía de Cochinos, puesta en marcha por Kennedy, fue repelida de inmediato por el joven ejército cubano, y los mercenarios que habían sido entrenados en Guatemala, unos cayeron en el intento, y los sobrevivientes hechos prisioneros e intercambiados por tractores, medicinas y alimentos.
Cincuenta años después del triunfo de la Revolución, el presidente Raúl Castro asegura que la isla ha logrado la invulnerabilidad militar y su norte sigue siendo el socialismo y remacha: Quien intente apoderarse de Cuba, recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la contienda”, como dijo Antonio Maceo.
Cuba y Fidel, inspirados en las ideas y el accionar de José Martí, siguen siendo hoy ejemplos de dignidad, resistencia, justicia, solidaridad y heroísmo para la defensa de la independencia, soberanía y los anhelados cambios revolucionarios de otros pueblos.
Cuando el capitalismo sufre una crisis económica global, EEUU arrecia la campaña mediática contra Cuba, sobre la plataforma de una falsa transición democrática, y estimula la discusión del tema de la transición generacional, encarcela a los cinco héroes cubanos y protege a terroristas como Luis posada Carriles.
Es una táctica que se inscribe dentro del diversionismo ideológico, aprovechando los ajustes de las políticas de Estado y del Partido Comunista, el fortalecimiento de sus relaciones internacionales, el posible debilitamiento del bloqueo y el incipiente desarrollo de la multipolaridad.
Todo apunta a que la administración de Obama intensificará la guerra psicológica y montará originales campañas mediáticas contra la isla socialista, pese a que ahora escucha desde todos los rincones de la tierra: ¡Que cese ya el bloqueo contra Cuba!.
