Opinión

Menores “vendidos”

Menores “vendidos”

En el ámbito penitenciario de la República Dominicana, los reclusos  menores de edad muchas veces son víctimas de violación y explotación sexual o son “alquilados” a otros presos (internos) para hacer todo tipo de cosas indebidas.

En algunos casos estos son “vendidos” para que sirvan de entretenimiento o faciliten negocios de toda índole.

En algunos casos, los menores duran un tiempo indeterminado en los recintos carcelarios sin ser sometidos a juicio, ya sea  por dejadez o por la paralización que provoca la falta de tribunales tutelares de menores. Esta denuncia la han hecho abogados entendidos en el tema.

Se da cuenta de que, entre los niños y adolescentes que se encuentran internos existen cientos de ellos que están padeciendo quebrantos de salud, algunos hasta han contraído incluso enfermedades de transmisión sexual y tuberculosis, mientras que centenares de ellos han sido violados y “vendidos” como “mercancía sexual” a 1,000, 500, 400 y 300 pesos.

Se han dado casos en que menores de edad que han sido apresados por algún hecho intrascendente, es decir, por una tontería, y en la cárcel han sido juntados con veteranos delincuentes, pese a que históricamente y hasta hace poco la generalidad de las cárceles dentro del sistema penitenciario nacional se caracterizan por ser escuelas de especialización de malhechores.

En los últimos años, se han venido dando pasos importantes para tratar de evitar que las personas que vayan a pernoctar a los centros penitenciarios del país, antes que regenerarse continúen elevando el nivel de los delitos que cometen, que se sigan graduando y especializando de delincuentes profesionales. Sin embargo, todavía falta muchísimo por hacer.

Hay que evitar que la generalidad de los reclusos dominicanos que entran a las cárceles, muchas veces por un delito menor, a veces sigan egresando de ellas como verdaderos delincuentes, profesionales y hasta con “maestría.”

Hay que abogar porque en esos recintos se apliquen y fortalezcan las actividades de educación y reeducación. Se precisa la puesta en vigencia de  programas puntuales de regeneración que permitan que la sociedad, ciertamente ,brinde una segunda oportunidad a los presidiarios o internos.

Hay, además, que poner en marcha un estricto proceso de clasificación de los internos en las prisiones a los fines de evitar que un prevenido que entró por un asunto meramente correccional permanezca mucho tiempo recluido en la cárcel y, entonces, salga “graduado Magna Cum Laude” en fechorías, lo que provoca un reciclaje del crimen.

 

El Nacional

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