Las mujeres no tienen derecho a decidir; el continuar o no con un embarazo aun a riesgo de muerte, es una decisión que tienen los hombres bien sean novios, parejas, maridos, ensotanados o con un curul en las cámaras.
Pero qué se puede esperar si quienes influyen y hacen las leyes tienen como paradigma a una mujer tuvo un hijo siendo virgen; que apareció en un cerro desviando las flechas de los indios y luego encaramada en una mata de naranja.
Entre las muchas propuestas para reducir el embarazo en menores -con las que yo comulgo- están: a) Educación sexual en las escuelas pues cómo es posible que se hable de una revolución educativa, sin modificar el currículo para incluir esta materia? Todos los ministros prometen introducirla, pero al final se vuelven “buche y pluma no más”. ¿Dónde habrán ido a parar los ideales hostosianos?
b) Métodos anticonceptivos incluyendo el condón: Mantenerlos disponibles en todos los lugares frecuentados por jóvenes.
No es verdad que fomentan el inicio de las relaciones tempranas, ni tampoco la frecuencia de las mismas. Por suerte las normas de condones en los hoteles y moteles (que se implementaron durante mi gestión en Salud Publica), todavía se mantienen aun sea parcialmente.
c) Interrupción voluntaria del embarazo: Legal antes de la doceava semana y solo con la decisión de la mujer, aun sea una menor. Esto no es nada nuevo, así lo tienen muchos países incluyendo USA, México, Cuba y Puerto Rico. No es cierto que aumentarán los abortos, ya sabemos que las mujeres que quieren abortar van a hacerlo aun esté prohibido por la ley, entonces lo ideal es ofrecerles un entorno sanitario donde no esté a riesgo su vida.
d) Castigar ejemplarmente a los pedófilos: Cualquier relación de un hombre adulto con una menor debe considerarse como una violación. En las maternidades públicas y privadas está el cuerpo de Benito… digo delito. Sugiero tener un equipo de profesionales que investigue cada caso en particular e identificar los miles de abusadores a someter y castigar ejemplarmente. ¡ A ver si así se acaba la vaina!
