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Meta de baloncesto es Olímpicos 2020

Meta de baloncesto es Olímpicos 2020

Los Juegos Olímpicos a celebrarse en Japón dentro de tres años presentan

la mejor oportunidad para la selección de baloncesto nacional debutar en ese evento.

Ha sido un sueño acariciado por muchos años tanto por la fanaticada local como por jugadores, entrenadores y dirigentes.

Después de jugar por primera vez en un torneo mundial en 1978, República Dominicana vio desaparecer el chance cuando Hugo Cabrera y Chicho Sibilio, las dos figuras más altas del basket local en esa época, salieron del seleccionado por razones harto conocidas. Cabrera trató de ingresar a la NBA

y Sibilio, nacionalizado español, ni siquiera pudo participar en el histórico equipo que ganó el Centrobasket 77 en Panamá.

Al final de la década del 80 cuando el deporte del aro y el balón en término de multitudes alcanzó sus niveles más elevados de simpatías en la justa del Distrito Nacional, el tándem de José -Grillo- Vargas y Evaristo Pérez lideró el quinteto local a su primer triunfo sobre Estados Unidos en un torneo internacional de mayores.

Vargas y Evaristo fueron artífices del triunfo en la Copa de Las Ámericas de 1989  en México, pero el equipo no clasificó y ese marcó el último campeonato continental en el que Pérez participó con estatura de estelar.

El sensacional Luis Felipe López fue un azote en el torneo de Las Américas cuatro años después (1993) en San Juan, Puerto Rico al superar los 20 puntos ante potencias como Estados Unidos y Brasil, pero los criollos no ganaron un partido en ese certamen.

López y Franklin Western, este último que perdió el derecho de jugar en Mundiales y Juegos Olímpicos al seleccionar a República Dominicana como su nacionalidad baloncestística por encima de Puerto Rico, tampoco pudieron llevar el quinteto local a territorio privilegiado, a pesar de buenas performances en certámenes internacionales.

Tampoco lo hicieron los NBA, Francisco García y Luis Flores, quienes junto a Jack Michael Martínez encabezaron la tropa quisqueyana en el Premundial del 2005 celebrado en el país y en el que dos victorias en segunda ronda hubiesen conducido

al quinteto nacional a la próxima instancia.

Desde entonces, República Dominicana ha estado cerca, pero no ha podido alcanzar la meta. Jugadores han entrado y salido, se ha avanzado hasta llegar a una cita mundial (2014), pero ahora se presentará la mejor oportunidad.

Jugadores y dirigentes tendrán que poner sus egos a un lado en un país en el que han existido federados de baloncesto que se creen más importantes que quienes meten los puntos, capturan los rebotes y evitan los canastos contrarios.

Karl Towns es una superestrella de la NBA, Al Horford todavía es un jugador sólido con vasta experiencia en el negocio y Ángel Luis Delgado es un demonio debajo de los tableros con proyección de ser uno de los mejores reboteros del continente cuando alcance el tope de su juego.

Si ese trío puede ser puesto en cancha, el director técnico dominicano no tendría que envidiar a los poderosos quintetos sudamericanos y estaría en situación muy ventajosa frente a sus pares de esta región.

El actual sistema de clasificación impediría la participación de las dos estrellas de la NBA en algunos partidos de ida y vuelta, pero Fedombal tiene que hacer todo lo posible para juntar el mejor grupo posible y luego integrar la crema de la crema cuando se alcance la última instancia.

Ya no se debe dar cupo a necedades como ocurriera cuando un antiguo capitán del seleccionado nacional, por celos, cerró las puertas a Horford, quien a la sazón era el mejor jugador dominicano, para que no entrara en el equipo nacional del Mundial. El delantero de los Celtics, por circunstancias no había participado en la fase clasificatoria.

El momento está ahí, el baloncesto es la disciplina olímpica que más seguidores tiene en la República Dominicana y la primera participación en unos Juegos Olímpicos elevaría el orgullo a quienes desde tiempos inmemoriales han seguido ese deporte.

El Comité Olímpico que encabeza Luisín Mejía y el Ministerio de Deportes, hoy dirigido por Danilo Díaz, una figura salida del club San Lázaro, génesis del baloncesto capitaleño, no deben escatimar esfuerzos. Por el contrario, deben unir voluntades para tratar de que el sueño se convierta en realidad.

 UN APUNTE

Gerencia y entrenador

La gerencia de la selección nacional de basket, con tiempo, debe señalar quien será el coach que irá por la clasificación a los Juegos Olímpicos. En este proceso no debe cambiarse de entrenador cada año. Cero espacio a la improvisación.

Rolando Guante

Columnista especializado en béisbol, baloncesto y voleibol con más 30 años de experiencia, escritor de Reporte de las Mayores en El Nacional. Orgullosamente de Haina.