¿Qué Pasa?

“Mi madre me dijo: tienes que aprender a hacer de todo”

“Mi madre me dijo: tienes que aprender a hacer de todo”

Son su fe, su espíritu de luchadora y las metas que se empeña cada día en cumplir, los que suben el ánimo a Lourdes cuando, como todos los humanos, siente que pierde las fuerzas para seguir.

La poliomielitis que la atacó con apenas un año de nacida y la dejó en silla de ruedas, y el cáncer de colon contra el que luchó por varios meses, son los obstáculos más difíciles que ha tenido que afrontar, y por los que ha caído y se ha levantado varias veces.

“La Biblia dice que cuantas veces te caigas, debes de levantarte, hasta 77 veces si es necesario, y como yo leo y creo en la Palabra de Dios, ese texto me da valor para seguir hacia delante; a pesar de las dificultades”, confiesa.

La historia de superación de Lourdes Bernarda Ovalles inicia en los años 60, cuando con apenas con un año de edad y dando sus primeros pasos, fue afectada de polio y estuvo interna por casi un año bajo el cuidado de su madre, tiempo en el que no podía mover el cuello, ni los brazos. Poco a poco con terapias recuperó el movimiento de todo, menos de sus piernas.

Desde el Hospital Moscoso Puello le refirieron al Centro de Rehabilitación, al hogar de recuperación, donde recibió terapia hasta los 13 años.

Lourdes cuenta que a pesar de estar en silla de ruedas y luego descubrir que padecía de presión arterial y diabetes tipo 2, se capacitó en varios cursos técnicos y siempre se mantuvo ligada a instituciones sin fines de lucro, inicialmente, como interna, desde Rehabilitación.

Talvez una de sus primeras muestras de valentía fue a los 13 años cuando al escuchar a su madre y el médico que la atendía, hablar de operarla, ella le preguntó a este si caminaría cuando le retiraran los hierros que habían puesto en sus piernas. El especialista le contestó de manera sincera que no, y entonces ella le comunicó su decisión: “pues déjeme en la silla de ruedas”.

En lucha por superarse

Lourdes comenzó a trabajar en Rehabilitación en el año 2000. Antes de ingresar como empleada, estudiaba y realizaba algunos trabajos desde su casa. Cuenta que hizo cursos de costura, arreglaba ropa, vendía helados y gelatinas. A los seis años la inscribieron en la escuela, a los 10 años su madre le enseñó a lavar, poniéndole una poncherita en una silla, también la enseñó a bañarse.

Hoy, a la salida del trabajo, va al supermercado, hace su compra normal y luego toma un taxi y se dirige a su casa.

“Mi madre me preparó, me entrenó y me decía tienes que aprender a hacer de todo, porque si yo muero vas a pasar trabajo”. Vive todavía con su madre y hermanos, no está casada.

Una mala nueva

El año pasado se le descubrió una nueva condición que define como “la peor de todas, las que me han tocado en mi vida”, el cáncer de colón. “Soy una sobreviviente del cáncer, le doy muchas gracias a Jehová Dios por haberme dado la oportunidad de seguir viviendo y de volver a integrarme al trabajo y la vida cotidiana del día a día”, dice con fe.

Hoy en día esta mujer valiente y bendecida que inició como auxiliar de estadística en la ADR en el año 2000, es además responsable de la biblioteca, integrante del departamento de Planificación y Proyectos, digita los expedientes de los pacientes nuevos de centros del interior, así como las planillas de diagnósticos y condiciones que presentan los usuarios de nuevo ingreso de esos centros.

Destaca que “agradezco profundamente a la Asociación Dominicana de Rehabilitación por el respaldo de siempre, y al mismo tiempo les doy la gracias también, por haberme permitido ser parte de la familia”.

Sus sueños no se detienen ahí, como sabe que sus “alas” están probadas y pueden volar a donde se lo proponga, quiere estudiar una carrera universitaria, quiere además poner su propio salón de belleza y con el tiempo una cadena de sucursales de centros de belleza para ser parte del empresariado del país.

UN APUNTE

Estadísticas

-El 66 % de personas en sillas de ruedas no trabaja.
-Solo el 60.4 % de la población con tres años y más con alguna discapacidad alcanzó estudios básicos y primarios.
-Después de la visual, la segunda dificultad que afecta la población es la discapacidad permanente para caminar, con 228,808 personas.
-La tercera es la permanente para levantarse, con 165,792.
-En cuarto lugar está la intelectual y en quinto los brazos.