Opinión

MI VOZ ESCRITA

MI VOZ ESCRITA

En el escrito anterior, discurrí sobre lo útil que es pensar antes de hablar, a propósito de unas declaraciones del Ministro de las Fuerzas Armadas, Almirante (transitorio) Sigfrido Pared Pérez. En la parte “in fine”, dije que sería importante saber por qué el presidente Medina lo repitió, no obstante haber sido titular del cargo; sin reparar en la larga lista de espera, agrego ahora.

Nada me anima en contra del señor Sigfrido Pared. Su alto nivel académico no deja lugar a duda, ni tampoco su trato personal que, según he sabido es exquisito. Sin embargo, hay ciertos detalles que no pueden soslayarse “porque sí”. Sobre todo, cuando existen razones valederas e irrefutables. Una de esas razones es la impronta neo fascista con que Bosch marcó al Partido de la Liberación Dominicana.

La admiración que en su fuero íntimo, la pluma más alta del cuento latinoamericano, sentía por Adolfo Hitler fue tal que, si hoy el partido en el Poder no se llama Partido Nacional Socialista, fue porque hubiese sido poner en evidencia sus intenciones de instaurar la “Dictadura con Respaldo Popular” que planteó como tesis, a su regreso de Benidorm en 1970.

Sin embargo, siempre puso énfasis en que a través de los círculos de estudios se les inculcara a los potenciales miembros del PLD que la verdadera hermandad no reside en la sangre, sino en las ideas. La certeza perniciosa de esa realidad, pienso que muchas familias tuvieron que afrontarla con decisión, y reorientar a sus vástagos, pues de repente tenían en el hogar a alguien que renegaba de su formación.

Es obvio que esa no era la situación de la familia Pared Pérez; y que quien trazó la ruta a seguir fue Reinaldo, en tanto hermano mayor,  luego de ingresar al PLD en 1975. Entonces, Sigfrido era un guardiamarina de segundo año, ya que ingresó con apenas diecisiete a la Marina de Guerra en el año 1973. Cualquiera diría que estas minucias son intrascendentes, que no tienen sentido. Pero…

El Nacional

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