La apertura comercial experimentada por la República Dominicana ha impulsado a los sectores productivos nacionales a orientarse, indefectiblemente, y dirigir firmemente sus miradas hacia las exportaciones. Desde el Estado y el sector privado se ha de propiciar un cambio de modelo productivo. El Presidente Medina y los industriales dominicanos han dado señales claras, concretas y positivas de que están en eso.
Pero si queremos incrementar de manera notable nuestras exportaciones, estamos en el deber ineludible de garantizar el acceso de nuestros productos a los mercados. Por ello, constituye un irrenunciable e inequívoco propósito de los sectores público y privado, hacer de la industria nacional una fuente firme de generación de empleo formal, de la estabilidad macroeconómica y del bienestar social, mediante la creación de riquezas y el fortalecimiento de nuestras exportaciones.
Como ya es de todo conocido las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas constituyen uno de los principales ejes del desarrollo económico y social de la nación. Las MIPYMES, en efecto, conforman un tejido empresarial altamente dinámico y proactivo, siendo el enlace sinérgico entre los diferentes sectores sociales y económicos de la República Dominicana, con la consiguiente creación de empleos y generación de riquezas, lo cual dinamiza la economía y contribuye a la paz social.
Será de mucho provecho para la sociedad dominicana en su conjunto que se haga ya una realidad como todos esperamos e impulsamos- el anhelo generalizado de que las Mipymes puedan acceder y suplir, con un 20%, las compras y contrataciones que demanden las instituciones del Estado.
Esa acción, inequívocamente, producirá un alboroto inusitado en los diferentes pueblos del país y una dinámica empresarial y comercial sin precedentes, ya que generaría una extraordinaria cantidad de nuevos empleos y un aumento evidente del circulante.
Con la voluntad y decisión del Presidente de la República y los mecanismos legales de que disponemos, estamos convencidos de que con la concretización de las Facilidades para la industria y las MIPYMES en las Compras Gubernamentales, estaríamos contribuyendo grandemente a la felicidad de cientos de miles de familias, a la generación de millares de nuevos empleos.
Facilitar y hacer una realidad, pues, las compras del Estado a las industrias locales constituye insistimos- toda una revolución económica en el país y una acción humana, social y económica de grandes dimensiones, habida cuenta de que impulsa a miles de empresarios del sector MIPYMES a desempolvar sus maquinarias y equipos para ponerlos a producir, y a cientos de miles de cabezas de familia a ganarse el sustento de sus hijos y a reactivar el comercio y todo el movimiento económico.