Opinión

Misión escabrosa

Misión escabrosa

Todavía no fuera unilateral, como se sospecha por el protagonismo internacional que ha exhibido el presidente Leonel Fernández, la eventual mediación en el conflicto de los presos y la apertura política en Cuba  que enfrenta a España con la Unión Europea sería una de las misiones diplomáticas más espinosas emprendidas por el mandatario. La decisión de Estados Unidos de acoger presos cubanos tras la confrontación con el Gobierno español protagonizada por los primeros nueve excarcelados, pudo ser la luz verde que aprovechó Fernández para interceder en la crisis, cuyos primeros pasos para allanar el camino fueron dados por el Vaticano. Aunque ocurriera a 10 días de su entrevista con el presidente Barack Obama y pese a los elogios que éste le tributara por su papel en la crisis hondureña, cuesta aceptar que el gobernante dominicano cumpliera un mandato de Estados Unidos en el alboroto sobre los presos. Cuidándose de que se no repita la amarga experiencia del Mariel, Washington ha puesto como condición para acoger  los disidentes que sean éstos quienes soliciten su traslado como ciudadanos libres y no como deportados. El requisito es un arma de doble filo para Cuba, que tampoco le garantiza la apertura comercial con Washington  ni con la Unión Europea. Raúl Castro acordó la excarcelación de 52 presos condenados en 2003 y la posibilidad de ampliar la lista bajo la promesa del canciller español Miguel Angel Moratinos de mediar para que Europa flexibilice las exigencias y reanude las negociaciones. Cuba  ha correspondido con una señal de receptividad, pero nada ha recibido a cambio de vestir con el ropaje de político a los presos excarcelados. El problema esencial no radica en acoger a éstos, para lo cual hasta Chile se ha ofrecido. Es obvio que va mucho más allá. En ese escenario es que  intervendría el presidente Fernández. No se sabe en qué dirección.

El Nacional

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