Opinión

Mitos sobre homosexualidad

Mitos sobre homosexualidad

Hoy me siento gay, llamen al jefe y díganle que no voy a trabajar”.  Esta sería una excusa muy válida,  si la homosexualidad fuera una enfermedad, pero, la realidad es que es solo una variante sexual, que se presenta en un sector de la población.  Aunque excluida oficialmente de la lista de enfermedades por la Organización Mundial de la Salud,  todavía hay quienes siguen considerando lo contrario.

Es frecuente escuchar que fulano, casado y con hijos,  ahora se declaró gay. Hay numerosos estudios que indican que este comportamiento puede aparecer en momentos diferentes de la vida de una persona: infancia, pubertad, edad adulta, puede conservarse toda la vida, ser temporal  o cíclica.

El estigma de que los homosexuales son solo los afeminados o aquellos que se visten y hablan como mujeres, es un estereotipo mal fundado.  Igualmente, desde los púlpitos, se nos enseña que los homosexuales son violadores y corruptores de menores, a pesar de que las estadísticas muestran que estos comportamientos son más frecuentes entre los heterosexuales.

Es falso el enunciado de que la homosexualidad  es un fenómeno de los países desarrollados, que ahora tienen una agenda para promoverla y que países en desarrollo como el nuestro tienen derecho a rechazarla por considerarla insana e inmoral. Sin embargo, la realidad es  que en todas las sociedades y en todos los tiempos hay  gente que nace con preferencia sexual por el mismo sexo.

Los homosexuales los encontramos de todas las edades, de todas las razas y religiones, son  médicos, maestros, agricultores, banqueros, soldados, atletas y, por si acaso no te has dado cuenta, son nuestra familia, amigos, vecinos compañeros de clase o de trabajo. Ser homosexual, no es un invento de los países desarrollados, es una realidad humana.

Estamos tan acostumbrados a la uniformidad, que nos cuesta aceptar la diversidad humana.  Nos da trabajo aceptar y abrirnos a la amistad de hombres y mujeres homosexuales, cerrando así las puertas a una importante riqueza humana. Tenemos pánico de aceptar los sentimientos o deseos homosexuales que pueda haber entre nosotros.

La tentativa de separar a los homosexuales del resto de la sociedad y marginarlos como un grupo aparte, debe ser rechazada por los sectores progresistas de la sociedad, ya que los prejuicios y la discriminación causan conflictos y perturbaciones de salud. ¿Acaso alguna vez han considerado  que esa persona a quien otros odian  puede ser la misma que ustedes aman?.

 

El Nacional

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