El ta’muerto pero ta’vivo, más bien lo que esta es vendío. Así definía Doña Ana, al interlocutor que llamaba frecuentemente por teléfono, para hablarle pendejadas. El dialogo era de esta forma -Ring, aló, quién es? – Pausa…aló, de repente, una voz ronca dice: -soy yo, Monegro, y quiero hablar a la señora. -A quién? -la señora, la señora Erzilí. y agregaba, mucha tierra!, mucha tierra!. – Aquí no hay nadie con ese nombre. -Si, Erzilí la diosa, está en todas partes. Mucha tierra! mucha tierra!. Colgaban.
Al cabo del tiempo venían las preguntas. -y donde esta Ud.? -Mucha tierra!, mucha tierra!, estoy abajo, y quiero hablar con Erzilí, para que interceda con Dantor y me dejen salir. -Pero Ud. ta’ enterrao? -No, estoy aquí con Guedé, Barón, Belié Balkan, y Cheché Colé. Mucha tierra!, mucha tierra!. Estamos vigilados por la cofradía; estrella de David y lucero de la mañana, que tiene un arca de alianza entre ellos. Espera… Barón me llama. Colgaban.
De regreso a la casa los fines de semana, Ana todo alborotada contaba a toda la familia sobre sus conversaciones con Monegro. Eufórica decía que Monegro estaba en el purgatorio, que era un alma en pena que llegó al Vaticano y el Papa fue electo solo cuando desapareció “hu-monegro”.
-Don Monegro, por si acaso, no ha visto Ud. a Bienvenido, mi difunto esposo? Ese ingrato dijo que iba a volver a darme el número de lotería y todavía na’. -Ud no puede ayudarme con eso? -Anota, la biblia tiene 66 libros, réstale tu edad y súmale 7, ya que siete son las potencias y siete son los misterios. -Pero primero mete siete gatos en siete sacos, encarámate a la mata de naranja, igual que Tatica y recita la magnífica al revés.
Después de varios meses, decidimos parar el juego. Nunca le dijimos que era yo quien llamaba. (tampoco lo hubiera creído). El próximo miércoles 2 de noviembre, cuando ustedes se comuniquen con sus difuntos, pregúntenle por favor, si alguno ha visto a Monegro y sobre todo a Bienvenido que Ana con muchos arañazos y clavada por espinas, todavía espera su lotería. Mucha tierra!, mucha tierra!.