La presa de Monte Grande está a la vista. El Poder Ejecutivo introdujo al Congreso, vía el Senado, un contrato de préstamo de 249.5 millones de dólares con un banco brasileño, para financiar la construcción de la presa de Monte Grande, en Barahona, y la rehabilitación del embalse de Sabana Yegua, en Azua.
El financiamiento había sido desestimado por gobiernos anteriores. En estudios y diseños a nivel de prefactibilidad hechos por una compañía mexicana, con personal dominicano, invirtió más de 400 mil dólares bajo la promesa nunca cumplida de que la obra sería ejecutada por los mexicanos.
Es posible que dada la urgencia demostrada por varios legisladores, principalmente del Suroeste, al momento de salir este artículo el préstamo haya sido aprobado. La Presa de Monte Grande controlará las inundaciones que provocan las crecidas del río Yaque del Sur y producirá un poco de energía eléctrica y, sobre todo, proporcionará agua por gravedad a los acueductos Barahona y de todas las comunidades hasta la frontera.
Esta nueva infraestructura hidráulica reducirá las inundaciones en Jaquimeyes, Tamayo, Vicente Noble, Uvillas, Canoa, Peñón, Bombita, Fundación y Pescadería.
Con la regulación de 25 metros por segundo que producirá su embalse y una inversión adicional que habría que cuantificar, se irrigarían 440 mil tareas, que serían incorporadas a la producción agrícola.
Hemos observados que con la inversión estimada, el proyecto fue ligeramente modificado. Esperamos que no se ponga en riesgo su vida útil.
Como la construcción de esa obra se frustró en el período 2000-2004, para darle prioridad a otra que no se construyó, celebramos que ahora sea una realidad para beneficiar a la región más deprimida del país.
En una ocasión escribimos que la administración de esta obra estuviera a cargo de una Comisión integrada por personalidades honorables de Sur, designadas por el Poder Ejecutivo, y supervisada por técnicos calificados, para garantizar la transparencia en el manejo de los millonarios fondos que se invertirán.
Sería bueno que se estudiara la factibilidad de la inversión adicional para que de la regulación del embalse se puedan beneficiar las mencionadas 440 mil tareas.
Esta es la única manera de garantizar que con la regulación de la Prensa de Monte Grande se evite que las aguas se desperdicien y vayan a parar, a través de la Laguna Cabral y luego al ya desbordado Lago Enriquillo.
Hay que reconocer que gracias a la decisión del Presidente Medina, más temprano que tarde la región del Suroeste se convertirá en un gran motor de desarrollo