Opinión

Mortalidad materna en Santiago

Mortalidad materna en Santiago

La mortalidad materna dominicana sorprende, porque las parturientas en este país alumbran, casi el ciento por ciento, en instituciones hospitalarias. Ya para el año de 2007, se estimaba que de cada 100 mil niños/as que nacían vivos/as en nuestro país, morían 159 madres; una tasa superior a la media para América Latina y el Caribe, de 130 mujeres muertas. Para esa época, Marcela Suarzo, Directora Regional para el UNFPA, decía que el 73% de las muertes maternas eran totalmente por causas prevenibles, asociadas a la falta de atención en el proceso del embarazo y la vulnerabilidad de las madres menores que, en la región, constituyen el 18% de los embarazos entre los 15 y 19 años; y si son antes de los 15 años, con doble riesgo de morir embarazadas, en el parto o en los 40 días posteriores.

Actualmente, el promedio de muertes maternas en la región es de 80 mujeres por cada 100,000 niños/as nacidos/as vivos/as, según UNFPA, con diferencias en los países; mientras Chile y Uruguay tienen una mortalidad materna de 25 y 29 muertes por cada 100,000 nacidos/as vivos/as. Haití es el país que más muertes tiene, con 350.

El hospital regional José María Cabral y Báez de Santiago, está bajo la mira del sistema de salud por tener el mayor número de muertes maternas este año, 5 mujeres en los dos primeros meses de este 2013.

A este hospital regional, de difícil manejo por su complejidad, llegan parturientas desde las 14 provincias del Cibao y desde Haití; muchas de ellas referidas ya desahuciadas y en malas condiciones. En declaraciones a la prensa, el doctor Rolando Báez, médico director del HJMCB, reconocido en Santiago por años de práctica intachable, recientemente dijo a la prensa el dato de que un 26% de las parturientas que alumbran mensualmente en este hospital son haitianas que llegan sin atención prenatal.

Es importante incorporar una visión diagnóstica más amplia, que incluya otras variables sociales para dar con cifras reales de dominicanas muertas alrededor de su maternidad. Si las pacientes llegan de unidades periféricas a “morir” al Hospital Cabral y Báez, el dato geográfico y su contexto, es importante. Lo mismo con las 90 parturientas haitianas por mes, cuya identificación, a la hora de establecer las estadísticas, debe diferenciarse.

El mismo director del HJMCB sugería la creación de uno o dos hospitales de maternidad ubicados en la frontera con Haití, donde las parturientas puedan acudir sistemáticamente a chequeos y a partos, aliviando el presupuesto de 10 millones de pesos mensuales de este hospital; dos millones de los cuales son para parturientas del hermano país.

El Nacional

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