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Motivos que conducirán a Hillary Clinton a la presidencia

Motivos que conducirán a  Hillary  Clinton  a la presidencia

Hay un conjunto de motivos determinantes que conducirán a Hillary Rodham Clinton a la presidencia imperial, como definió el tratadista Arthur M. Schlesinger junior, el poder que arbitra la aldea planetaria y que le aventajan al candidato republicano Donald Trump, como su experiencia de Estado, añadida la experiencia de su esposo el dos veces presidente Bill Clinton y su decantación por apoyar a las minorías, sobre todo a los latinos y negros.

Donald Trump carece de estos elementos nodales impactantes en los votantes, razones que determinan la ventaja que siempre le endosan los sondeos desde un principio a Hillary sobre su rival republicano, aunque por reducido margen en todos.
Hillary ha desarrollado su campaña con propuestas como terminar los privilegios a los ricos, apoyar a la clase media, profundizar la reforma sanitaria impulsada por el presidente Barack Obama y la reforma migratoria.

Su figura es censurada por su rival por apoyar la guerra de Iraq, que heredó del presidente republicano George Walker Bush, que aunque un fiasco para Estados Unidos, aún empantanado en ese teatro de confrontación, idéntico a Afganistán, también herencia republicana, ahora no mueren soldados norteamericanos en ninguno de los dos casus belis, sino que la disposición del presidente Obama es de asesoría, con drones incluidos, enfrentando al Estado Islámico (ISI).

Hillary dispone a su favor el respaldo del presidente Obama, captado en una memorable foto de ambos, incluida en este trabajo de investigación, publicada por el madrileño diario El País del 29 de julio reciente, cuenta con el apoyo del ex aspirante presidencial demócrata, Bernie Sanders, del rescate del crak del 2008, responsabilidad de Bush junior que el presidente Obama resolvió con la emisión de US$700 mil millones de inorgánicos, recuperando la economía primera del mundo del desastre financiero de los créditos basura que recordó el del viernes negro de 1929.

La retórica altisonante, desproporcionada e insólita por su estridencia repleta de cuestionamientos de Trump resulta el mejor aliado de Hillary, que los dominicanos vemos en el inefable candidato republicano una réplica del ex presidente Hipólito Mejía, en que su más contundente rival era él mismo con sus barrabasadas desconcertantes, con la diferencia que Mejía dispone de un pésimo manejado carisma, inexistente en Trump.

Resulta insólito que el Partido Republicano en su gran contexto repudia a Trump, por sus temendismos verbales de estimular a Rusia, país con graves cuestionamientos globales a su presidente Vladimir Putin, a divulgar correos desaparecidos de Hillary, prohibir el ingreso de musulmanes a EEUU y construir un muro fronterizo con México, el segundo gran socio económico de EEUU luego de Canadá, y donde residen once millones de mexicanos, imprescindibles para las cosechas frutales de California, inclusive la vid del valle de Napa, la potencia económica número 14 de la aldea planetaria.

El último sondeo publicado el día 8 de este mes de agosto por The Washington Post, endosa a Hillary un estrecho margen sobre Trump de 50% contra un 42% de Trump, traduciendo un evidente contraste con la retórica de Trump ante el sosiego y los soportes mencionados a Hillary. Demostrativo de que no obstante su excentricismo, hay un público apreciable que no desdeña al candidato republicano.

El 9 de este agosto, líderes republicanos se decantaron por enjuiciar a su candidato como “un presidente peligroso de no estar capacitado para ser comandante en jefe que pondrá nuestra seguridad nacional y bienestar en peligro”, aunque exime apoyar a Hillary.

“Estamos convencidos (expresan los republicanos) que en el Despacho Oval, Trump será el más irresponsable presidente de la historia estadounidense”, y entre los firmantes figuran el ex director de Nacional de Inteligencia John Negroponte con Busch; Robert Zoellick, ex director del Banco Mundial con Busch y el ex director de la CIA con Busch, Michael Hyden, es decir, pesos pesados en cuestiones de seguridad y economía de EEUU.

Hillary ha incluido en su oferta de campaña una considerable inversión en empleos en la manufactura, energía limpia y tecnología, mientras Trump postula el retorno de capitales industriales impulsados al exterior por el fenómeno perverso de la globalización y refuerza su oferta desde el ángulo cuestionable del difuso temor.

El presidente Obama calificó a Hillary “que no ha habido en la historia de EEUU otro candidato, ni yo mismo ni ninguno otro, más calificado que Hillary Clinton para ocupar la Casa Blanca”, en declaraciones impactantes el 27de julio último, enjuiciando a Trump de quien “no se puede creer ni una sola palabra que salga de su boca. Nunca te dice cómo va a hacer todas esas cosas que dice que va a hacer. Simplemente dice créanme, créanme”.

Un cable de Prensa Asociada fechado en Altoona, Pennsylvania el día 13 de este mes edifica la frustración del Partido Republicano con la candidatura presidencial de Trump, sopesando la decisión de retirarle el apoyo, precedente que sucedió con la candidatura de Bob Dole en 1996, categorizando: “con base en sus antecedentes de campaña, no hay posibilidades de que vaya a ganar”, aseguró Sara Fagen, directora política del ex presidente George Walker Bush.

Ambos candidatos presidenciales postulan por políticas proteccionistas de retorno de inversiones norteamericanas para fortalecer la industria y expandir la mano de obra multiplicando los empleos, y en esa orientación propician sacar al país del Acuerdo Transpacífico (TPP), por sus siglas en inglés, rubricado por el presidente Obama con los vecinos estados fronterizos de México y Canadá.

Ese tratado fue aprobado por Hillary afirmando que “sería el estándar global” cuando era secretaria de Estado, enviando un mensaje negativo de su ambivalencia, actitud muy sopesada por los electores.

Concerniente a la conveniencia para nuestro país del triunfo de Hillary, nos perjudicaría por su ponencia migratoria, traducción de no oponerse a los planes fusionistas de la Hispaniola, además de que su esposo tiene intereses en Haití, en la mina de oro de Los Cacaos, en Restauración, evaluada en más de US$70 mil millones, de los cuales la parte haitiana tiene US$20 mil millones y el resto República Domincana, y el hermano de Hillry, Tom, es dueño del principal telecable de Haití.

En Trump, su política anti inmigratoria es de doble filo, porque no permitiría la inmigración haitiana a República Dominicana, y así mismo deportaría a más de medio millón de dominicanos residentes, sin papeles, en su país que resultaría un caos endemoniado.

El Nacional

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