Opinión

Muertes lamentables

Muertes lamentables

En el transcurso del 2016 se han registrado muertes sorpresivas e impactantes de figuras públicas de grandes virtudes. La primera pérdida fue la de el antiguo rector de la UASD Mateo Aquino Febrellet, de cuya muerte se acusa a un individuo que no tenía que estar en las calles, sino cumpliendo condena, en cárceles de alta seguridad, por haber matado a otros ciudadanos dominicanos.

Se nos fue el licenciado Hatuey De Camps Jiménez, líder de autoridad, carisma incomparable y solidario. Solía llamar en la propia presencia de las personas que les solicitaban servicios con el objeto de dar solución inmediata a sus peticiones, una conducta excepcional en un espectro político donde abunda mucho el incumplimiento y la demagogia. El cáncer acabó con la vida de este hombre de grandes aportes a la democracia dominicana.

Hace apenas días murió también el doctor Pedro A. Franco Badía, el dirigente político que llamaba a todos por sus nombres (¡Qué memoria!), humilde, generoso y más solidario político en toda la historia del PRD. Su gran satisfacción, en los diferentes momentos que ocupó posiciones públicas relevantes, fue darles empleo a sus compañeros de la base.

“Cuando Luis Toral Córdoba ocupó la Gobernación del Banco Central canceló a todos los perredeístas y yo quiero que los perredeístas vuelvan, pero ese señor que está ahí (refiriéndose a Frank Guerrero, hijo de Ivelisse Prats), no hace caso a nadie”, me comentó Franco Badía en conversación que sostuvimos a finales de agosto del año 2000.

La devoción de Franco Badía era servir a los demás. No dejó herencia económica, vivía en un apartamento alquilado, clara evidencia de su inocencia ante imputaciones que pretendían dañar su reputación. Me apenó mucho su partida y espero que descanse donde quiera que se encuentre.

Finalmente, me impactó bastante la partida de Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana. Se podrá o no estar de acuerdo con su conducta política, pero se trata de un verdadero astro, un grande entre los más grandes del mundo. No he conocido otro político tan valiente e inteligente como Fidel. Hizo una verdadera revolución en la educación, la salud, la cultura y el deporte. Actuó por convicciones y no dejó fortuna económica. Todo lo que se diga para dañar su moral es pura calumnia.

El Nacional

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