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Mujeres y salud

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La arpía silente

 

La clamidia es una infección bacteriana. Se transmite a través de las relaciones sexuales genitales, orales o anales. Una embarazada con clamidia puede transmitírsela al producto de la concepción o en el momento del parto.

Chlamydia Trachomatis es una de las infecciones de transmisión sexual (ITS) más frecuentes. La incidencia en mayor en mujeres sexualmente activas menores de 25 años y las más vulnerables son las jóvenes entre 15 y 19 años. En Estados Unidos, las estadísticas reportan cerca de 3 millones de personas se contagian de clamidia al año.

Durante el embarazo, la infección con clamidia se relaciona a un incremento en el riesgo de aborto, a infecciones en el saco vitelino, y en el líquido amniótico. Las embarazadas con clamidia presentan un mayor índice de parto prematuro y ruptura prematura de membranas.

Si la embarazada está infectada de clamidia, durante el trabajo de parto existe la posibilidad de que le contagie la bacteria al bebé. De hecho, hasta la mitad de los bebés que nacen vaginalmente de madres con clamidia no tratada contraerán esa infección.

La clamidia, llamada arpía silente, no presenta síntomas en alrededor del 75 por ciento de las mujeres infectadas. Los síntomas, aparecerán entre una y tres semanas después de haber estado expuesta a la infección. Estas manifestaciones pueden incluir ardor o molestias al orinar, inflamación del cuello del útero o cérvix y un incremento del flujo vaginal o incluso algunas pérdidas de sangre, secreción por la uretra, y dolor durante el acto sexual.

Todas las mujeres que estén planeando salir embarazadas, o a aquellas embarazadas se les recomiendan realizarse una prueba de clamidia.

La muestra de clamidia se toma de la vagina o cuello uterino o de la orina y la enviará al laboratorio para que la analicen. Si la prueba sale positiva, es momento oportuno para realizar pruebas de otras ITS, a menudo vienen en cambo.

Durante el embarazo se recomienda repetir la prueba tres o cuatro semanas después de haber completado el tratamiento para asegurarse de que ya no hay infección. La pareja también debe recibir tratamiento y deben abstenerse de tener relaciones sexuales hasta una semana después de ambos haber completado la medicación, para no re-infectarse.

Hay diferentes tratamientos efectivos para curar la clamidia. En el caso de las embarazadas es recomendable utilizar los antibióticos posteriores a las 12 semanas de gestación. Recordando el principio de Hipócrates: “Primum non nocere”, “Lo primero es no hacer daño”.

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