Opinión

Mujeres y salud

Mujeres y salud

El cuerpo de las mujeres es música

 

El cuerpo de las mujeres es un templo de amor, una fuente de vida; desde su vientre emana la luz con la esperanza divina, la esencia de la creación. Cuando una mujer en ciernes sale del útero de su madre, el primer juguete con el que aprende a socializar es con una muñeca. No importa si es de trapo, de goma, o una Barbie. Las mujeres son programadas para amar la maternidad y la mayoría desean y disfrutan ejercerla. La maternidad como fuente de entrega es un acto biológico, cultural y, sobre todo, político.

Al enumerar todos los sucesos biológicos que experimenta el cuerpo de las mujeres, nos atrevemos a afirmar que en su cuerpo no vive el pecado, habita el bien; en su vientre se germina la esperanza.

El amor por la humanidad no solo se gesta en el vientre de una embarazada, se incuba en el cuerpo de las mujeres, madres biológicas o no. El sentimiento de amor al prójimo lo expresan las mujeres cuando crían, educan y asumen los hijos e hijas de otros. El sacrificio de las mujeres por la humanidad no tiene limites. Como el llamado amor de Dios.

Como manifestación indiscutible de su amor, la prioridad de las mujeres a la hora de invertir sus recursos es la familia. Cuando progresan las mujeres progresa la familia. Las legislaciones que generan muerte en mujeres, como la prohibición de la interrupción del embarazo, conducen a las mujeres a la clandestinidad. Anclan la familia en la pobreza.

El fracaso es parte de la vida misma, la interrupción del embarazo siempre es un fallo. Ninguna mujer quiere embarazarse para luego abortar. Con cada una de las mujeres que mueren por un aborto inseguro, pierde la humanidad la esperanza de vida.

Negar la interrupción del embarazo de forma segura y en manos calificadas es matar mujeres, mujeres pobres. Todas las muertes maternas por aborto son mujeres pobres. Estos datos hacen ruido.

La legislación penaliza la pobreza al penalizar la interrupción del embarazo y al negar acceso a las pobres a métodos anticonceptivos a través de las Farmacias del Pueblo, boticas populares.

El cuerpo de las mujeres es música, cuando una mujer nos abraza, nos acaricia o nos besa, toca con su arpa las fibras de nuestra alma.

En el momento en que le quitamos el derecho a las mujeres a planificar sus embarazos, le quitamos música a la vida, esperanza a la humanidad. Cuando una mujer muere por aborto inseguro, la esperanza de la humanidad se apaga.

 

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