¡Ay la mujer!, víctima de su propio sexo
Cuando un niño o niña nace, todos son iguales…. hasta se parecen dicen algunos, tienen los mismos derechos a ser alimentados, cuidados y criados. Somos nosotros quienes vamos cambiando las reglas del juego y trazando pautas de qué debe tener cada cual como si fuéramos dueños de todos y todas..
La palabra DERECHO al parecer va adquiriendo el estilo de quien lo dice, -precisamente ésta parece no ser compatible con la de mujer- y es que las mujeres y las niñas tienen al igual que los hombres el derecho a recibir atenciones de salud, pero este tema es especialmente preocupante porque en muchas sociedades se encuentran en una situación en desventaja por la discriminación condicionada por factores socioculturales, así lo refiere la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De acuerdo a la OMS, algunos de los factores que sirven como obstáculos para que las mujeres se beneficien de los servicios de salud de calidad o por lo menos de alcanzar lo mejores niveles posibles son:
• Las desigualdades en las relaciones de poder entre hombres y mujeres
• Las normas sociales que reducen las posibilidades de recibir educación y encontrar oportunidades de empleo
• La atención exclusiva a las funciones reproductoras de la mujer y
• El padecimiento potencial o real de violencia física, sexual y emocional.
Señalan además, a la pobreza como una importante traba para tener buenos resultados sanitarios en ambos sexos, pero tiende a constituir una carga más pesada para las mujeres y niñas debido a las prácticas alimentarias y otros factores. Ay la mujer, víctima de su propio sexo.
El derecho a la salud está consagrado en tratados internacionales y regionales de derechos humanos -sin importar el sexo- y en las constituciones de países de todo el mundo.
