Opinión

Mujeres y salud

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La historia de la mujer médica contada por un hombre

Cuando el doctor Sánchez Martínez me solicitó que comentara su libro “La Mujer Médica en la Sociedad Dominicana” lo tomé como un honor.

Le eche una ojeada al texto, el prólogo realizado por la doctora Josefina Padilla me acercó a la obra, médicas conocidas, mi experiencia laboral y cierto desparpajo, deberían de ser suficiente para salir a flote.

Meses después, luego de leer y disfrutar la obra, afirmo que ha sido una gozada. Un verdadero placer. Más que una recopilación de mujeres médicas, narra cómo a pesar de los obstáculos, estas mujeres han conquistado su espacio a pulso, siempre rodeadas de un ensordecedor ruido de sables, que las hubiera preferido consagradas a las labores domésticas y reproductivas (Cabré).

El autor realiza un recorrido sobre la construcción del género femenino desde el imaginario dominante, la visión del machismo capitalista.

En la historia dominicana, las mujeres son las grandes ausentes. No podía ser de otra manera, los que ganan son los que la cuentan, los que tienen el poder.

Sánchez Martínez rescata la participación de las mujeres en la construcción de la patria, denunciado su exigua representación en los archivos históricos. De la mano, te lleva a conocer las mujeres valientes de la historia dominicana. Indígenas que abortaban antes que ver sus futuros hijos convertidos en esclavos, en cristianos muertos.

En el libro reivindica el papel de las mujeres durante la dictadura de Trujillo, las heroicas mujeres del 65 y las asesinadas durante los 12 años de Balaguer, hoy reconocido y recordado como padre de la democracia dominicana.

“Las Mujeres Médicas en la Sociedad Dominicana” es un texto didáctico, describe la evolución de las asociaciones de mujeres, hasta el papel de las ONG en la demanda de las mujeres.

Con Evangelina Rodríguez, la primera mujer médica dominicana, y además negra, empieza la crónica sobre la carrera de las féminas en el ejercicio médico, la cual culmina con la feminización del oficio. Nada casual. Cuando se busca un mayor rendimiento colectivo, la evidencia demuestra que se integran las mujeres.

Los que ostentan el poder sustentan que con el paso de los años la incorporación de la mujer disminuye la desigualdad. No es cuestión de tiempo. Un techo de cristal se impone: un techo interno (las responsabilidades familiares y domésticas que la sociedad nos atribuye y que es tan difícil de rechazar, nos lo impiden) y un techo externo (los hombres, que tienen el poder, son reacios a compartirlo).

“La Mujeres Médicas en la Sociedad Dominicana” era materia pendiente, la historia de la medicina no podía ser contada sin incluir a las mujeres.

El Nacional

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