Opinión

Mujeres y salud

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Amamantar y trabajar ¡Logremos que sea posible!

Proteger la lactancia materna es defender la vida. La lactancia materna exclusiva (sin sólidos o líquidos complementarios), los primeros seis meses de vida del niño o niña, es una recomendación de la OMS y UNICEF. Es un comportamiento genético, que de forma inconsciente y natural mantienen todos los mamífero; menos el que se enorgullece de ser inteligente: el ser humano.

La lactancia materna provee a los niños y niñas de nutrientes adecuados y de inmunización para un gran número de enfermedades comunes en la niñez. Las prácticas inadecuadas de alimentación pueden afectar de forma negativa el estado de salud y nutricional de las y los pequeños.

Al iniciar la lactancia desde el nacimiento el recién nacido se beneficia del calostro, la primera secreción de las mamas, un líquido rico en anticuerpos que lo protegen contra las enfermedades. La lactancia materna post parto o cesárea estimula la liberación de la prolactina y de la oxitocina, responsables de la producción de leche y la contracción del útero después del parto. Lactar, incluso contribuye a la madre a bajar de peso.

Según ENDESA 2013 menos del 7 por ciento de los niños y niñas en nuestro país no están siendo amamantados como debieran a pesar de que la Ley 8-95 la declara como prioridad nacional la promoción de la lactancia materna.

Las Normas Nacionales de Salud defienden amamantar: “En los servicios con atención al parto, el personal de salud ayudará a las madres a iniciar el amamantamiento durante la media hora siguiente al parto o cesárea… No se dará ni prescribirá a los recién nacidos más que la leche materna excepto en situaciones estrictamente indicadas” (SESPAS, 2001).

Entre los diferentes obstáculos de la lactancia se encuentra:

• La falta de apoyo y en ocasiones obstáculo del personal de salud.

• Desinformación, y mitos. Por ejemplo, el bebé no se llena con la leche de la madre o la leche de fuera es mejor.

• El corto periodo de licencia de maternidad. En nuestro país la licencia por maternidad es 12 semanas. La OIT recomienda como mínimo 14 semanas de protección a la maternidad.

• La falta de condiciones para que las mujeres puedan ordeñarse en lugar de trabajo. Retornar al mundo laboral sin desproteger la maternidad.

• El insidioso miedo que la industria de la belleza les inculca a las mujeres de que lactar tumba las tetas.

• La cultura de convertir en pecaminoso las mamas de la mujer, lactar se ha convertido en un acto privado, oculto.

A proteger la lactancia materna. Amantar y trabajar. ¡Logremos que sea posible!

El Nacional

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