SANTIAGO.- La ineficiencia de las autoridades de esta ciudad en garantizar que las aceras de calles y avenidas sean reservadas para el desplazamiento a pie, incentiva a los violadores de ese espacio físico incluso a establecer construcciones sólidas que convierten en establecimientos comerciales.
Tal es el caso de una cafetería que ocupa prácticamente todo el ancho de uno de los extremos de la calle Benedicto, vía corta ubicada entre la Pedro Francisco Bonó y la avenida 27 de Febrero, paralela a la calle San Luis.
Allí funciona desde hace años la cafetería Migue y, aunque está en pleno centro de la ciudad, aparentemente las autoridades de la Alcaldía no se han percatado de su existencia.
El lugar funciona principalmente en horas del día, cuando el flujo de personas es considerable, fundamentalmente porque en los alrededores confluyen minibuses y automóviles que transportan pasajeros a diferentes puntos de la provincia.
La operatividad de ese negocio que, según sus propietarios, especialmente sirve para despachar comida rápida, también es utilizada por clientes que consumen allí los servicios que ordenan, para lo cual usan los laterales, donde fueron construidos asientos de cemento.
Otros de los tantos casos de obstrucción de aceras lo constituyen una tienda de venta de efectos para el hogar y una cafetería localizadas en la esquina que forman la avenida Imbert y la calle Santiago Rodríguez, en la parte baja de esta ciudad.
En el primero de esos negocios, sus propietarios decidieron colocar una lona que abarca el ancho de la acera y allí ofertan sus artículos, principalmente electrodomésticos, sin importarles que para ello utilicen el área reservada para el desplazamiento de los peatones.
Mientras que los dueños de la cafetería localizada en la misma esquina decidieron convertir la acera en parqueo de los vehículos de sus clientes, lo que tiende a agravar los inconvenientes de las personas que se ven en la necesidad de caminar por allí.
