Opinión

Néstor Kirchner

Néstor Kirchner

De los muertos se resalta siempre el lado positivo, y más si se trata de figuras públicas. Esa suerte de compensación no se corresponde, sin embargo, con figuras como el fallecido ex presidente argentino Néstor Kirchner. Los sectores más conservadores se mantuvieron de paños y manteles con la presidenta Cristina Fernández hasta que el proceso de reformas que se inició en 2003 bajo la gestión de su esposo rozó sus intereses.

 La ruptura no se hizo esperar, como tampoco la feroz campaña mediática para impedir el retorno al poder del ex gobernante en las elecciones de 2011. Ese  Kirchner que acaba de fallecer salió airoso de la crisis económica legada por Carlos Menem y con la que no pudieron varios mandatarios. Gracias al coraje de romper con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la deuda externa, que era tres veces el Producto Interno Bruto (PIB), hoy se ha reducido a un tercio. Bajo su gestión la justicia argentina recuperó gran parte de su independencia, a tal punto que la actual mandataria ha perdido importantes batallas.

Lo mismo ha ocurrido en el Congreso, a pesar de la mayoría con que cuenta el peronismo. Los grandes conflictos comenzaron  cuando se rasgó la capa de inmunidad que protegía a beneficiarios de la dictadura militar, así como con la  jubilación de más de dos millones de personas y pasos tan trascendentes como el matrimonio homosexual. Hasta las estadísticas eran cuestionadas como parte de la campaña que presentaba al ex gobernante como un político conflictivo. En América Latina formaba parte de la corriente que integran  Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa y Lula da Silva. Los argentinos, que lo han llorado de corazón, ponderan  que valoró y colaboró con los  derechos humanos y  terminó con los abusos y la represión de de la Policía. Todo estuvo muy bien hasta que rozó intereses de poderosos que decían ser sus aliados.

El Nacional

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